jueves, 1 de julio de 2010

Esmeraldeños acuartelados en Santo Domingo cuentan su historia


Octavo Ciclo de Comunicación Social
UTLVT- Extensión La Concordia.


Desde el pasado 29 de Agosto del 2009, fecha en que se acuarteló a más de 160 jóvenes de la leva 1990 en Esmeraldas, ellos se encuentran en el Batallón de Ingenieros # 25 Montúfar de Santo Domingo de los Tsáchilas, desde nos cuentan su experiencia única dentro de la vida militar.

El 98% de conscriptos de este Batallón son esmeraldeños. El conscripto Pedro Bone de 22 años asegura haberse adaptado perfectamente al medio y que lo motivo saber que ha encontrado en la vida militar una vocación de entrega y sacrificio. “Me siento contento y orgulloso de servir a mi patria, extraño mi ciudad esmeraldas, pero qué puedo hacer, me gano ese orgullo de aprender a coger las armas, siempre me han dicho que la disciplina militar a uno le hace bien”.

En sus 8 meses en el cuartel, aprendió mucho de cultura general, donde lo más importante se destaca las riquezas naturales del Ecuador, la diversidad cultural de su gente, el origen del conflicto Colombiano con la Guerrilla de las FARC. “Manejo perfectamente las armas, he aprendido lo que es la responsabilidad el respeto a la familia y a la sociedad en general”, dice Bone.

Pedro se educó en la Escuela Fiscal “Estados Unidos”, llegó hasta el tercer curso en el Colegio Fiscal “Nuevos Horizontes”, su mejor amigo de habitación y de escuadra es Luís Quiñónez.

Luis es un joven de 19 años de edad, es de San Lorenzo, y es otro de los que se encuentra aprovechando esta oportunidad. “Me siento cómodo en el cuartel por cuanto la mayoría de mis compañeros son de mi provincia Esmeraldas, no tengo problemas en hablar de nuestras costumbres como la deliciosa comida esmeraldeña, el baile de la salsa, el encocao, mi música marimba; solamente que en el cuartel la comida diaria es fréjol, arroz, coladas, frutas y carne”, dice.
Añade que el comandante del Batallón, Coronel Jaime Navarrete, es un militar que les ha inculcado muchos valores, especialmente el amor a su patria y a su familia. Dice que Santo Domingo es una tierra bonita, pero bastante húmeda, extraña su San Lorenzo querido, un puerto olvidado en obras, pero de gente trabajadora, alegre, de un clima caliente como su gente.

Luís, otro de los entrevistados, estudió en la Escuela “Manuel J Calle”, llegó hasta el quinto curso del Colegio “22 de Marzo”. Para él no es un impedimento el servicio militar voluntario. “Soñaba con vestir el uniforme militar, el casco de metal, las botas, su fusil; mi papá fue militar y yo no podía hacer pasar esta ocasión de vivir una experiencia que la vivió mi señor padre”, dice.

Mientras tanto el cabo Luis Cedeño, uno de los instructores, dice que los chicos esmeraldeños son muy disciplinados, alegres, chistosos, muy aseados, que contagian con el tarareo y baile de su música salsa. “Son jóvenes que no tienen vicios, captan inmediatamente todos los conocimientos impartidos en el cuartel; se vive a diario un ambiente esmeraldeño”, señala el cabo Cedeño.

Asegura que le ha tocado ser clase en varios cuarteles de las regiones Amazónica, Costa y Sierra, pero en ningún cuartel se ha sentido tan cómodo y alegre con estos muchachos esmeraldeños.

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