sábado, 3 de julio de 2010

Esmeraldas, su gente, su historia



Foto: Vista de Tachina, pista del aeropuerto General Rivadeneira.Esmeraldas News.

La ciudad del Sol posee un especial encanto tropical aquí se encuentra la refinería, Puerto Balao. El Museo del Banco Central con piezas arqueológicas de la Cultura Tolita. También es posible disfrutar de la exquisita comida esmeraldeña como los encocados elaborados con pescado y mariscos, acompañados con el delicioso sabor del coco.
Se ha dicho con razón que hablar de Esmeraldas es hablar de la belleza mágica de sus playas, de su arena suave y del mar tibio que las baña.
Escalonadas en la costa están situadas las playas a donde convergen los turistas. Las más conocidas son: Atacames, Súa, Tonsupa, Playa Ancha, Tonchigüe, Camarones, Same. La playa más cercana a la ciudad de Esmeraldas es Las Palmas que se ha reducido por el crecimiento de la ciudad.
Las playas de Atacames y Súa son las que disponen de mayor número de servicios hoteleros, desde cabañas familiares junto al mar, hasta modernos hoteles dotados de piscinas y otros servicios como hotel club del Pacífico, Castelnuovo, Casablanca. La temperatura de esta zona playera fluctúa entre 20 grados centígrados y 25 grados centígrados en verano y asciende hasta los 30 grados centígrados en invierno.


La Historia

Para el historiador Padre Juan de Velasco, los Caras fueron los primeros pobladores que llegaron a las costas ecuatorianas que originariamente se habría asentado en Bahía de Caráquez (Manabí) ascendieron y navegaron por el río Esmeraldas y luego de trasponer la cordillera habrían dominado a los Quitus. Las investigaciones arqueológicas realizadas en algunos lugares, particularmente en la Tolita han establecido que en la región de Esmeraldas existieron culturas muy antiguas como la Valdivia y Chorrera que pueden tener una antigüedad de 3.000 años a.c. Fueron otros, naturalmente, los pobladores que conocieron los españoles cuando llegaron a estas costas desde Panamá. Otras tribus fueron los Atacames, Tolas, Cayapas. González Suárez escribe que las tribus que poblaron la provincia no fueron dominadas por la invasión de los incas y permanecieron autónomas en sus vastos territorios.


La Conquista

González Suárez narra: "Bartolomé Ruiz acababa de ponerse adelante de la tierra ecuatoriana: era el primer europeo que visitaba las costas de nuestra patria. La parte del litoral ecuatoriano de lo que hoy llamamos provincia de Esmeraldas, eso era lo que el piloto castellano tenía delante de sus ojos". Ruiza que miró a los aborígenes con aspecto de paz, echó anclas en la desembocadura del río Esmeraldas y fue recibido amistosamente. Cuenta el mismo historiador que halló a las orillas del río tres pueblos grandes cuyos habitantes estaban engalanados con joyas de oro. El piloto continuó su viaje por la costa y en alta mar encontró una balsa peruana "en la cual algunos indios de Túmbez iban a comerciar con los de las costas de Esmeraldas y Manabí". Después de este viaje de reconocimiento, regresa Bartolomé Ruiz con Pizarro, Almagro y sus hombres. Desembarcaron en la bahía que llamaron de San Mateo, el 21 de septiembre de 1526. La recepción por los aborígenes ya no fue amistosa. Desconfiaron de estos extranjeros que temerosos de un ataque se reembarcaron y Pizarro se quedó aguardando refuerzos en la isla del Gallo. El año 1531 volvería Pizarro a desembarcar en las costas de Esmeraldas para el último y definitivo plan de conquista.

La Colonia

Durante la colonia se realizaron varias expediciones de conquistadores y misioneros 60 hacia Esmeraldas, conocida como "tierra de los yumbos" a quienes se consideraba como indios salvajes y peligrosos. Estas tribus eran las de los Niguas, Lachis, Campaces, Malabas y Cayapas. Sin embargo, la falta de un camino para llegar a esta zona desde la región interandina mantuvo a Esmeraldas aislada hasta fines del siglo XVIII. El primero que trabajó en la empresa de comunicar Esmeraldas con la sierra fue el sabio riobambeño Don Pedro Vicente Maldonado que gastó siete años en la apertura de un camino de herradura que partía desde Cotocollao y continuaba por Nono hasta establecer un embarcadero en la confluencia de los ríos Caone y Blanco.
"Es incalculable -escribe González Suárez- cuánto sufrió Maldonado en esta empresa; su voluntad era constante y no había obstáculos que no venciera". En esa época la provincia de Esmeraldas comenzaba en la isla de Tumaco y se prolongaba hasta Bahía de Caráquez. Tenía 2 mil habitantes y la antigua población de Esmeraldas estaba ubicada en el punto donde el río Viche desemboca en el río Esmeraldas.

Campaña Liberal

Esmeraldas ha sido durante la República escenario de importantes luchas y campañas políticas. Los esmeraldeños han tenido tradición liberal. En 1880 Eloy alfaro llegó con una expedición a Esmeraldas pero fracasó. En 1883 otra vez Alfaro entró a Esmeraldas y desde esta provincia empezó su camino de triunfos por la costa. Como resultado de estas luchas, Esmeraldas perdió uno de sus mejores hombres, el coronel Luis Vargas Torres que fue fusilado en Cuenca el 20 de marzo de 1887. Vargas Torres se negó a dar las espaldas al pelotón y gritó: "­No! El fuego se recibe de frente!". En 1911 grupos alfaristas proclamaron en Esmeraldas la Jefatura Suprema de Flavio Alfaro como antecedente de sangrientos episodios que culminaron con el asesinato del caudillo liberal Eloy alfaro en Quito (1912). Desde 1913 hasta 1916, durante la segunda presidencia del general Leonidas Plaza, Esmeraldas fue escenario de la revuelta del coronel Carlos Concha Torres con sus hermanos y la tenaz colaboración de un sector de esmeraldeños. Esta larga revuelta acabó en la presidencia de Baquerizo Moreno.

La Negritud

La población negra de la provincia de Esmeraldas es mayoritaria y existen estudios antropológicos que han determinado el aporte de lo negro a la cultura ecuatoriana. Según el historiador González Suárez, los primeros negros que llegaron a Esmeraldas fueron náufragos que se salvaron de un barco que escolló en las costas de Esmeraldas y ganaro la tierra a nado. Al internarse en el continente se convirtieron en "los señores de la comarca". El principal de estos negros era Alonso Illescas quien había vivido en Sevilla y hablaba castellano. Los negros sometieron a las tribus indígenas entre las que se encontraban los cayapas quienes han consagrado el nombre "malaba", malo, diablo o "juyungo" (diablo) para designar a los negros. Escritores esmeraldeños como Julio Estupiñán Tello y Antonio Preciado han revalorizado la aportación negra al desarrollo cultural y han afianzado los valores propios de su raza (rebeldía, sentido de independencia) y sus manifestaciones culturales que se plasman en la música, el baile y la poesía.

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