Tomado del DIARIO LA HORA
La gira del Presidente por la provincia de Esmeraldas estuvo sembrada de malos augurios. Obras atrasadas, el proyecto pesquero debe atemperarse con otros puertos del país, estudios de obras lentos y presupuestos pendientes, falta de obras básicas (tuberías de agua potable, alcantarillado, red telefónica), constató Correa con gran malestar y brotes de ira. Hasta la Marina, otrora la “niña de los ojos” del Régimen, recibió una fuerte reprimenda.
Por si fuera poco, los maestros le reclamaron por sueldos atrasados y un grupo de pescadores solicitó su atención. Según la agencia Andes, hubo un bloqueo a la caravana presidencial cuando salía del puerto pesquero artesanal de Esmeraldas. Un vehículo rojo estaba atravesado en la calzada, personal de seguridad retiró el carro y, a los pocos minutos, un pedazo de ladrillo fue lanzado contra el Jefe de Estado.
“¿Se imaginan el peligro a la seguridad nacional que eso significa? ¿Se imaginan en Estados Unidos que le hagan eso a Obama? Antes de preguntarle le mandan un bazucazo, no preguntan, no van a poner en riesgo al Presidente”, dijo Correa luego del incidente. Días antes, en Los Ríos, un ciudadano le gritó “fascista”.
Días aciagos ha vivido Correa, quien tuvo que enterarse, por añadidura, que en una última encuesta su credibilidad cayó en 10 puntos en Quito (su principal baluarte político hasta ahora) y un punto en Guayaquil, situándose en el 59% y el 54% respectivamente. Si había alguien que necesitaba relajarse en el Carnaval, sin dudas, era el Presidente.
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