jueves, 17 de marzo de 2011

Obras viales piden en Limones para evacuación ágil

Manuel Toro | ESMERALDAS
Lecciones del tsunami en Ecuador
EL UNIVERSO

La construcción de un puente sobre el estero Canchimalero, de 140 metros de longitud, solicitará el Municipio de Eloy Alfaro, como alternativa para agilizar la evacuación de la isla Limones en caso de emergencias, como la surgida el viernes pasado por la alerta de tsunami.

“El puente carrozable permitiría el ingreso de vehículos a la isla para una evacuación eficaz y pronto de la población”, dijo el alcalde Richard Mina, quien también remarcó la necesidad de que se intervengan dos carreteras: la Canchimalero-La Barca y La Tola-Maldonado para contar con rutas que conecten a zonas lejos del peligro de marejadas, dijo el funcionario.

Los pedidos surgen después de que unas 4.000 personas evacuaron la isla Limones el día de la emergencia cuando ahí viven 9.000. Además, luego de que el proceso se dio en medio de contratiempos, pues no se pudo utilizar una gabarra porque está dañada y no existen embarcaciones suficientes para sacar a los pobladores de aquel pedazo de tierra de una manera ágil, según Mina.

“Suerte que hubo horas para salir de la isla”, dijo el alcalde, quien también refirió que hay comunidades asentadas en las márgenes de los ríos que podrían resultar afectadas por una marejada, como los poblados Tangaré, Bella Aurora, Boca de Izcuandé, Arenales, El Tigre y El Progreso.

Mientras que la falta de interés fue otro aspecto que obstruyó el proceso de evacuación, según el alcalde de San Lorenzo, Gustavo Samaniego.

Esta ciudad esperaba la llegada de unos 6.000 evacuados procedentes de Palma Real, Cauchal, Tambillo, Pampanal, Changuanal y otras poblaciones ubicadas al filo costanero. Solo arribaron 1.600.

“Eso revela la poca colaboración y desconocimiento de las consecuencias que puede acarrear un tsunami. Pero esta experiencia permitirá que se den reuniones para fomentar acciones en capacitación y prevención...”, dijo el alcalde.

Pero, según Sorayda Estacia, de 60 años, habitante de Palma Real, la delincuencia creó resistencia a dejar sus comunidades. “Venimos de una zona peligrosa, cómo íbamos a dejar las casas”, dijo en la iglesia de San Lorenzo, uno de los albergues que fue habilitado en este cantón.

No hay comentarios: