TSUNAMI | miércoles 16/03/2011
‘La amenaza de tsunami nos demostró que no estamos preparados para enfrentar este fenómeno”. Ese es el criterio de Enrique Batioja, coordinador de la Defensa Civil del cantón San Lorenzo, en el norte de Esmeraldas. Y aunque el fuerte oleaje no provocó víctimas ni daños materiales sirvió de termómetro para medir la respuesta de las autoridades de socorro y de los habitantes de las provincias de la Costa.
Solamente en San Lorenzo debían evacuar 6 000 personas que habitan en las islas, según el Comité de Operaciones de Emergencia (COE). Pero apenas salieron 1 600, aseguró Gustavo Samaniego, alcalde de San Lorenzo y presidente del COE local.
Ahora el Municipio de San Lorenzo tiene como prioridad armar un plan de contingencia. Esa falta de un plan es un problema general en casi toda la Costa.
Según Guillermo Prado, líder de la unidad provincial de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), solo el cantón Esmeraldas cuenta con una plan frente a terremotos y tsunamis en el país. Este fue elaborado con colaboración del Instituto Oceanográfico de la Armada, la SNGR, el Cuerpo de Bomberos, el Municipio de Esmeraldas y la entidad internacional Intermon Oxfam, que financió el proyecto.
Como parte de este plan, en la ciudad de Esmeraldas están instaladas dos alarmas de alerta temprana, en caso de tsunami. Una está en la loma del Panecillo (en el norte), y la otra sobre el edificio de la Prefectura (centro).
Cada una se puede escuchar en un radio de 40 kilómetros. “Sin embargo, a raíz de la evacuación real del viernes último, estamos pensando que faltan, al menos, dos alarmas más”, comentó Prado. También se evidenció la necesidad de reforzar los planes educativos y de simulación de evacuaciones.
Hoy se reunirán el COE provincial para evaluar los efectos de la última amenaza de tsunami. Han sido invitados los alcaldes de los cantones San Lorenzo, Eloy Alfaro, Rioverde, Esmeraldas, Atacames, Muisne, que tiene población costanera.
Prado informó que el COE determinó que todos los cantones, incluidos La Concordia y Quinindé, deberán elaborar planes de contingencia contra tsunamis, terremotos e inundaciones.
Si bien la cabecera cantonal de San Lorenzo está protegida por manglares, que funcionan como barreras naturales, existe una creciente población que habita en las islas de Tambillo, Palma Real, El Cauchal, Ancón de Sardinas... Muchos de esos ciudadanos se enteraron de la amenaza del tsunami cerca del mediodía del viernes. Así lo denunció Ángela Estupiñán, quien, cerca de las 17:00 de ese día, arribó desde la isla de Limones, a 45 minutos. Aseguró que se enteraron de la amenaza de tsunami por una llamada telefónica de un familiar a su celular, debido a que en Limones no había electricidad y no escucharon las noticias.
Según Jeo Tenorio, administrador del Municipio de Eloy Alfaro, un plan de contingencia permitirá a la ciudadanía conocer los sitios seguros y cómo salir de una lugar de riesgo.
El día de la emergencia, 3 000 de los 6 500 habitantes de Limones salieron en gabarra de la isla Puná. Pero tuvieron que empujarla con cuatro lanchas con motores fuera de borda.
En Muisne, si se presentase un tsunami, sus pobladores no tendrían tiempo para evacuar. La cabecera cantonal está en una isla, a 400 metros del continente.
“En caso de una emergencia no existen las embarcaciones suficientes para trasladar a todas las personas de la isla”, aseguró Berma Borja, presidenta del COE de Muisne.
En este cantón del sur de Esmeraldas habitan 25 000 personas. De ese total, 6 000 están en la isla y son consideradas como una prioridad para una evacuación. El viernes, cuando se dio la alerta, 4 700 fueron evacuadas en lanchas prestadas por los pescadores de la zona.
“Pudimos poner a buen recaudo a la población gracias a que hubo tiempo para reaccionar”, dijo Borja. “Pero si viene una marejada de forma sorpresiva no sé lo que pueda pasar en la isla”.
Alrededor de 1 300 personas se negaron a evacuar. No se pudo aplicar el estado de excepción y utilizar la fuerza pública porque en Muisne hay un déficit de policías. Hay cinco uniformados, cuando se necesitan 25.
Además, los 12 militares asignados demoraron en llegar. Se esperaba que estuvieran en la mañana para precautelar la vida de las personas y cuidar sus bienes, pero llegaron a las 19:00. En la Fiscalía de Atacames se registraron tres denuncias por robos en tres domicilios de Muisne.
Solamente en San Lorenzo debían evacuar 6 000 personas que habitan en las islas, según el Comité de Operaciones de Emergencia (COE). Pero apenas salieron 1 600, aseguró Gustavo Samaniego, alcalde de San Lorenzo y presidente del COE local.
Ahora el Municipio de San Lorenzo tiene como prioridad armar un plan de contingencia. Esa falta de un plan es un problema general en casi toda la Costa.
- Históricamente la zona costera de Esmeraldas ha presentado una actividad sísmica por el movimiento de las placas de Nazca y la Sudamericana.
- Un estudio realizado por la agencia Oxfam y la cooperación internacional de Italia, en el 2003, determinó que la mayor parte de cantones de Esmeraldas está expuesta a un riesgo alto de sismos y tsunamis.
- En julio del 2010, Intermon Oxfam organizó un taller para los municipios costeros, capitanías de puerto y secretarías de gestión de riesgos, para compartir la experiencia de preparación ante tsunamis realizada en la provincia de Esmeraldas.
Como parte de este plan, en la ciudad de Esmeraldas están instaladas dos alarmas de alerta temprana, en caso de tsunami. Una está en la loma del Panecillo (en el norte), y la otra sobre el edificio de la Prefectura (centro).
Cada una se puede escuchar en un radio de 40 kilómetros. “Sin embargo, a raíz de la evacuación real del viernes último, estamos pensando que faltan, al menos, dos alarmas más”, comentó Prado. También se evidenció la necesidad de reforzar los planes educativos y de simulación de evacuaciones.
Hoy se reunirán el COE provincial para evaluar los efectos de la última amenaza de tsunami. Han sido invitados los alcaldes de los cantones San Lorenzo, Eloy Alfaro, Rioverde, Esmeraldas, Atacames, Muisne, que tiene población costanera.
Prado informó que el COE determinó que todos los cantones, incluidos La Concordia y Quinindé, deberán elaborar planes de contingencia contra tsunamis, terremotos e inundaciones.
Si bien la cabecera cantonal de San Lorenzo está protegida por manglares, que funcionan como barreras naturales, existe una creciente población que habita en las islas de Tambillo, Palma Real, El Cauchal, Ancón de Sardinas... Muchos de esos ciudadanos se enteraron de la amenaza del tsunami cerca del mediodía del viernes. Así lo denunció Ángela Estupiñán, quien, cerca de las 17:00 de ese día, arribó desde la isla de Limones, a 45 minutos. Aseguró que se enteraron de la amenaza de tsunami por una llamada telefónica de un familiar a su celular, debido a que en Limones no había electricidad y no escucharon las noticias.
Según Jeo Tenorio, administrador del Municipio de Eloy Alfaro, un plan de contingencia permitirá a la ciudadanía conocer los sitios seguros y cómo salir de una lugar de riesgo.
El día de la emergencia, 3 000 de los 6 500 habitantes de Limones salieron en gabarra de la isla Puná. Pero tuvieron que empujarla con cuatro lanchas con motores fuera de borda.
En Muisne, si se presentase un tsunami, sus pobladores no tendrían tiempo para evacuar. La cabecera cantonal está en una isla, a 400 metros del continente.
“En caso de una emergencia no existen las embarcaciones suficientes para trasladar a todas las personas de la isla”, aseguró Berma Borja, presidenta del COE de Muisne.
En este cantón del sur de Esmeraldas habitan 25 000 personas. De ese total, 6 000 están en la isla y son consideradas como una prioridad para una evacuación. El viernes, cuando se dio la alerta, 4 700 fueron evacuadas en lanchas prestadas por los pescadores de la zona.
“Pudimos poner a buen recaudo a la población gracias a que hubo tiempo para reaccionar”, dijo Borja. “Pero si viene una marejada de forma sorpresiva no sé lo que pueda pasar en la isla”.
Alrededor de 1 300 personas se negaron a evacuar. No se pudo aplicar el estado de excepción y utilizar la fuerza pública porque en Muisne hay un déficit de policías. Hay cinco uniformados, cuando se necesitan 25.
Además, los 12 militares asignados demoraron en llegar. Se esperaba que estuvieran en la mañana para precautelar la vida de las personas y cuidar sus bienes, pero llegaron a las 19:00. En la Fiscalía de Atacames se registraron tres denuncias por robos en tres domicilios de Muisne.
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