Ellas, subieron al escenario para participar en el ya tradicional concurso de Camisetas Mojadas y allí, con una camiseta casi transparente y contorsionando sus cuerpos, fueron bañadas con agua y, poco a poco, el delirio de los asistentes subía de intensidad, pues las chiquillas, sin complejos no tabúes, mostraban sus encantos detrás de la camiseta y al ritmo de una música especial, continuaban con el contorneo de sus espectaculares cuerpos.
Luego de aproximadamente 20 minutos, de realizar algunas pruebas en el concurso y por aclamación del público, una de ellas fue designada como la ganadora, aunque más allá del triunfo de una u otra candidata, estaba el objetivo de deleitar al público, entre propios y turistas, con nuevas alternativas de diversión.
Y es que este tipo de concursos, para muchos de pronto atrevidos y hasta muy inmoral, de a poco se están incrustando en el corazón de los pueblos de la costa ecuatoriana como un acto más de la tradición y cultura que se convierte en atracción en eventos especiales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario