viernes, 1 de octubre de 2010

URGENTE!!!

La TV comenzó a mostrar ayer escenas inéditas

Redacción Espectáculos

espectaculo@elcomercio.com

Tras 24 horas de insubordinación policial, los canales de televisión privados dedicaron sus espacios informativos a la batalla entre policías y militares. Pero también hizo uso de imágenes inéditas que grabaron en algunos escenarios del conflicto y que no se emitieron el jueves.

Las estaciones de televisión se vieron obligados a suspender su transmisión, a las 14:00 del jueves. Eso frente al conflicto que afrontó el país en las primeras horas de la mañana. En una cadena nacional, con señal del canal de Estado, Ecuador TV, se emitieron los acontecimientos que se vivieron en las ciudades del país.

Sin embargo, en esta misma cadena se mostraron, en su gran mayoría, escenas de movilizaciones a favor del Gobierno e incluso opiniones de personajes políticos apoyando al Régimen y al Presidente. En las primeras horas y hasta el mediodía, las señales de los canales privados reportaron los incidentes. Mas, a las 12:00, recibieron la orden de unirse, por mandato del Gobierno, a la señal estatal.

La Secretaría de Comunicación envió una notificación a los medios, amparándose en el art. 164 de la Constitución, para declarar estado de excepción. Según el comunicado, los canales estaban obligados a seguir las señal del Estado ininterrumpidamente hasta segunda orden.

Para Carlos Jijón, presidente nacional de noticias de Teleamazonas, esta orden coartó la libertad de narrar y contar las noticias y la realidad nacional a la ciudadanía. Aun después de acatar la orden, los periodistas en ese canal de televisión continuaron trabajando para preparar una edición que informe en la noche todos los acontecimientos.

Reporteros, camarógrafos y asistentes salieron a las calles para realizar las coberturas en puntos conflictivos, aun sin saber a ciencia cierta a qué hora se reanudaría la transmisión de sus respectivos canales. Eso sucedió también en Ecuavisa, TC Televisión y Canal Uno.

Jijón afirmó que horas después de estudiar la disposición vieron que esta no se ajustaba a la Ley, pues en el artículo no se menciona que los medios de comunicación se encuentran limitados por el estado excepción. “A pesar de esto creímos que debíamos acatar la disposición gubernamental y por eso continuamos con la transmisión oficial”.

Al llegar la noche, Ecuavisa fue el primer canal que salió de la cadena nacional a las 20:00. Más adelante, las otras estaciones televisivas empezaron a transmitir sus noticieros con el resumen de la jornada y una cobertura en vivo del enfrentamiento entre policías y militares en las afueras del Hospital de la Policía.

“Decidimos salir de la cadena, ya teníamos la edición preparada y al ver que Ecuavisa lo hizo consideramos que era el momento oportuno”, agregó Jijón.

El presentador de noticias de Ecuavisa, Alfonso Espinosa de los Monteros, expresó su comentario sobre la situación al finalizar el noticiero en vivo, la noche del jueves. Allí señaló, a nombre del canal, su punto de vista sobre la situación del país y el orden público.

Pero, además, dijo que para respetar a la democracia y ser consecuentes con ello es inadmitible que se limite la información de los medios de comunicación. “La gran enseñanza de hoy (el jueves) es que al país y a las fuerzas políticas y sociales aún a las mismas instituciones del Estado les falta diálogo y acercamiento para la definición de los grandes cambios. Estos duran si hay acuerdos”.

Tampoco abona a favor de la democracia -continuó- y credibilidad del propio Gobierno que se imponga un solo servicio informativo desde los medios oficiales. “Realmente esta ha sido una experiencia inédita, negra en nuestro país. Si tanto amamos a la democracia hay que sentirla y vivirla pero desde todos los ángulos, como tiene que ser”.

Pese a estos incidentes, los canales dieron espacio para escuchar la balacera que se efectuó en las afueras del Hospital. Al finalizar la transmisión, cada estación televisiva continuó con su programación de telenovelas.

Testimonio

Vinicio León / Asistente de cámara

‘Tenía mucho miedo, no sabía si me iba a morir desangrado o asfixiado’

El día del incidente empecé a trabajar a las 08:00. Soy asistente de cámara de Teleamazonas desde hace siete meses y el jueves fui el soporte de mi compañero Carlos Ushiña.

La mañana lució muy agitada, la tarde empeoró con la quema de llantas por parte de los miembros de la Policía Nacional. A ello se sumó una neblina de gas lacrimógeno, causada por los sublevados. Pero, el verdadero caos se produjo a las 20:55, cuando los militares llegaron al Hospital de la Policía para liberar al Presidente de la República. En ese momento, los policías dispararon al aire.

Los militares respondieron, entonces empezó la batalla. Todos nos asustamos y corrimos a escondernos detrás de nuestra camioneta.

La neblina de gas nos impedía ver, llegamos al lugar guiados solo por el instinto de supervivencia. Con mis compañeros nos botamos al suelo, el olor a gas pimienta era insoportable, fue entonces cuando me dispuse a buscar otro refugio, pero cuando me di cuenta ya no podía caminar. Me topé con la mano el muslo de mi pierna izquierda y sentí mucha sangre, era una herida de bala. Debido a que los policías seguían disparando opté por caminar en dirección a la (av.) Occidental.

Me demoré 15 minutos. Muchas veces me caí y tuve que gatear por temor a ser lastimado nuevamente. Como me vi indefenso, me escondí detrás de unos botes de basura. Allí vi cómo las balas atravesaban las paredes. Al final un hombre me llevó al hospital, al verme abandonado.




La insubordinación en la Policía segó seis vidas y dejó 193 heridos GIR despidió al hermano Froilán



Redacción Judicial


judicial@elcomercio.com
Entre lágrimas y preocupación, ayer en la mañana unas 15 personas aguardaban impacientes junto a la puerta de acceso a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Quito Nº 1 de la Policía Nacional. Esperaban la hora de visitas para ver a Nelson F. y a Lenin C., que ayer permanecían internados en esa unidad de salud.

Otros cuatro heridos en la insubordinación policial también estaban ayer en cuidados intensivos, en otras casas asistenciales, según el ministro de Salud, David Chiriboga. 193 heridos fueron atendidos en diferentes hospitales, afectados por diversos tipos de lesiones.

Al cierre de esta edición, este Diario confirmó las muertes de seis personas, cuatro en Quito y dos en Guayaquil. Sin embargo, el Ministerio de Salud señaló al mediodía que cinco personas murieron el jueves. Ayer, el Gobierno decretó tres días de luto nacional, dijo el ministro del Interior, Gustavo Jalkh.

Nelson F., de 28 años, ingresó al Hospital de la Policía aquejado por un trauma torácico-abdominal, causado por una herida con arma de fuego. Mientras Lenin C., de 35 años, sufrió un trauma de uretra y fractura de cadera, al ser atropellado por un camión en la av. Mariana de Jesús, escenario de graves enfrentamientos.

Los dos son parte de los 38 pacientes que ingresaron a esa casa asistencial durante la insubordinación policial del jueves. Estos fueron atendidos en el área de Emergencia y Hospitalización por alrededor del 80% del personal médico y paramédico del hospital policial. Esta casa de salud fue uno de los epicentros de los graves incidentes ocurridos anteayer.

Allí también se confirmó uno de los cuatro fallecimientos ocurridos en Quito por la revuelta policial. Uno de ellos fue Froilán Jiménez, de 28 años y cabo primero del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) que murió anteayer a las 22:30. Él ingresó con una herida en el tórax causada por un disparo de arma, mientras se evacuaba al presidente Rafael Correa del Hospital de la Policía.

Jiménez fue herido de muerte cuando protegía con un escudo al vehículo en que se trasladaba el Primer Mandatario.

Ayer, a unos 40 metros del sitio donde se desplomó Froilán, en el edificio del Departamento de Criminalística, su padre, Cristóbal Jiménez, recordaba aquellos pasajes en que su hijo lo acompañaba en las tareas agrícolas entre sembradíos de maíz y de yuca, en su natal San Antonio de Aradas, en Loja.

Pero luego de graduarse en Agronomía en el Colegio Miguel Antoniano Salinas, siguió el curso de Policía y se incorporó con honores en el 2001.

“Desde chiquito, mientras me ayudaba en los cultivos y a cuidar el ganado, me decía que iba a ser uno de los mejores policías del Ecuador. Cumplió su sueño y fue el orgullo de nuestra familia”, contó el padre, que vestía una leva negra, mientras esperaba en la puerta de la morgue.

Esperaba para trasladar los restos de su hijo a la sede del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), en Pusuquí. “Nunca me imaginé que algo así iba a suceder”, se lamentaba, mientras apretaba un pañuelo blanco y su mirada se humedecía.

Carlota Jiménez, hermana del agente, no podía contener las lágrimas mientras su esposo, Ramiro Gaona, también policía, la consolaba. Ella insistió en que su “hermano murió por salvar al presidente Correa. Él es un héroe”. Cuestionó el momento de crisis que vivió el país.

Gaona la escuchaba consternado por la muerte de uno de sus mejores amigos. “Los dos somos lojanos y desde niños queríamos ser uniformados. Cuando vi el video del momento en cayó al piso luego del disparo, me costaba creer lo que pasaba. Cuando se confirmó su muerte, decidí viajar para despedirlo”.

Desde que comenzó su carrera policial, Froilán Jiménez se radicó en Quito. Estaba casado con la también policía Mabel Ubidia y era padre de Gabriel, un bebé de 2 años. Se graduó como bachiller de Agronomía. No estudió en la universidad por ser policía.

El cadáver de Froilán llegó a Criminalística (en el noroccidente de Quito) en la madrugada de ayer. Allí, el personal de la morgue realizó la autopsia legal. Uno de los galenos que analizó el cuerpo indicó que la muerte fue casi inmediata por el impacto de un proyectil. No obstante, no quiso precisar el tipo de munición que mató al uniformado.

Pasado el medio día, el cuerpo de Jiménez fue trasladado a la sede del GIR y en horas de la tarde lo trasladaron vía área a Loja, para su velorio y sepultura.

Otra escena de dolor fue la de los familiares de Juan Pablo Bolaños. El estudiante de la Universidad Central también falleció durante la sublevación policial.

Entre las víctimas de los enfrentamientos del jueves, también está el policía Efrén Calderón. Este agente que pertenecía al Regimiento de Policía Quito 2, ubicado en el Centro Histórico de Quito, murió por el impacto de una bala en el pecho. Su muerte sucedió en un confuso incidente en las inmediaciones del Mercado Central y que también dejó como saldo a cuatro personas con heridas de bala: dos soldados y dos civiles. Estos dos últimos son Cristian Zambrano y Fernando Ambi, chofer y auxiliar de la Clínica Villa Flora. Ahora se encuentran en esta casa asistencial en Terapia Intensiva.


En la lista de fallecidos se incluye el militar Jacinto Cortez Jaya, quien de acuerdo con el reporte del Hospital General Nº 1 de las Fuerzas Armadas (FF.AA.), fue atendido en el Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS en Quito.

Los otros dos fallecidos fueron civiles y sus muertes ocurrieron durante las manifestaciones en Guayaquil.

En cambio, en la lista de heridos se incluye a 22 militares (todos atendidos en el Hospital de las FF.AA.). Dos de ellos se encuentran en Cuidados Intensivos.

Además, están los 26 policías (capitanes, cabos, subtenientes y sargentos) y 11 civiles que fueron atendidos en el Hospital de la Policía.

De acuerdo con los reportes médicos, sufrieron heridas de armas en extremidades, abdomen, tórax, traumas faciales o de cráneo, policontusiones, fracturas, laceraciones y más. Tal fue la emergencia que al Hospital de las FF.AA., por ejemplo, los heridos llegaron en ambulancias públicas y privadas, vehículos particulares y taxis. La emergencia mantuvo en alerta a los equipos médicos de las diferentes casas de salud.


Testimonios

Gonzalo Fernández / Tío de víctima

‘Mi sobrino falleció, no estaba ni a favor ni en contra de nadie’

Hemos recreado lo ocurrido tantas veces, que en la sala de velaciones (en Monteolivo) la familia ya no habla más del tema. Se comunicaron con nosotros desde el Hospital de la Policía, nuestros números estaban en el teléfono de Juan Pablo (Bolaños).

Mi sobrino falleció. Él acudió al Hospital, donde estaba el señor Presidente hospitalizado. No estaba ni en contra ni a favor de nadie. La Policía es una institución de mucho respeto. Que uno o dos policías hayan formado el desorden no quiere decir que nosotros estamos en contra de los miembros de esta institución.

Queremos que se hagan las investigaciones. Cuando nos enteramos de la noticia estábamos en la casa. Al llegar al hospital, solo se confirmó lo que ya nos habían dicho, que mi sobrino había fallecido. Los informes del motivo de fallecimiento los tiene mi familia, pues acabamos de salir de la morgue, yo no conozco mucho de qué se halló.

Uno de los compañeros de Juan Pablo nos supo decir que ellos se estaban pronunciando a favor de la democracia y de un momento a otro comenzaron a escuchar disparos; la gente se dispersó y mi sobrino salió herido.




Juan Pablo (de 26 años) era un estudiante, cursaba el cuarto año de Economía en la Universidad Central del Ecuador.




No es la primera pérdida en su familia, de cuatro miembros. Su madre (hermana de Gonzalo) y sus dos hermanos, uno mayor y otro menor, están consternados. Su padre ya falleció. Este es un difícil momento.


Pacientes del hospital de la Policía vivieron momentos de horror durante la salida del presidente de la República, Rafael Correa.  



 



Honores. Agentes del GIR escoltaron a su amigo abatido mientras protegía la salida del presidente de la República, Rafael Correa.  

“La tristeza ahoga nuestros corazones”, exclamó un oficial al conocer la muerte de Froilán Jiménez, el gendarme del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), abatido cuando resguardaba la salida del presidente de la República, Rafael Correa, del hospital de la Policía, la noche del jueves.

Pero el mayor dolor estuvo en las afueras de la morgue de la Policía. Sus hermanas Sandra y Carla no podían contener el llanto por la pérdida del uniformado de 29 años, quien ingresó hace seis años a la institución y desde hace dos estaba en la unidad especial.

Hace un mes hizo el curso de ascenso para cabo segundo y su familia en Quilanga, provincia de Loja, estaba feliz.

Sandra solicitó al Presidente justicia por la muerte de Froilán porque dijo que murió por protegerlo a él.

Le pidió que reflexione y cambie de actitud ya que la partida de su hermano, el único varón, se debió a la actitud del Mandatario.

Su padre Cristóbal Jiménez habló hace tres días con él. El día de la huelga no alcanzó a contestar su llamada y cuando intentó comunicarse para pedirle que “no intervenga”, su hijo no contestó. Al principio le dijeron que solo estaba herido luego confirmaron su muerte.

Con su esposa Flor Helena Granda, viajó por la mañana en avión desde Catamayo para ver a su hijo tendido con un disparo en la parte izquierda del abdomen.

Cerca de las 15:00, 95 gendarmes del GIR formaron una calle de honor para recibir al amigo abatido durante la salida de Correa. Una capilla ardiente aguardaba a Jiménez quien esperaba ser trasladado a Loja esta madrugada para su sepelio.

“Es como un hermano, porque somos una familia, todos nos conocemos, nos llevamos bien”, señaló un agente que pidió no ser identificado.

Al fallecimiento de Jiménez sumó un miembro del Regimiento Quito 2 quien recibió varios impactos de bala. Ambos fueron atendidos en el hospital de la Policía en donde también fue asistido el Jefe de Estado.

Ayer en los cuatro pisos de la casa de salud el olor de los gases lacrimógenos arrancó lágrimas y estornudos a pacientes, visitantes y galenos.

Aída Zaldumbide fue internada hace ocho días. Ella recibió la ampliación de un baipás. Con el suero en su mano recuerda con horror los momentos vividos durante la salida de Correa de la casa de salud.

“Es injusto lo que ha sucedido, la prensa de aquí habla de que estaba secuestrado, pero no es así, los señores del GOE hicieron un cordón para que saliera, pero él no quiso”, reiteró la angustiada mujer.

“Le decíamos que salga, que precautele nuestras vidas, pero él no quería”, repitió al tiempo de señalar que Correa insistía en “que tiene que venir Alianza PAIS para sacarle porque tiene que salir con la frente en alto”.

Cuando ingresaron los miembros del Ejército a sacar al Presidente ella se refugió debajo de la cama.

Lo mismo hizo el subteniente Diego Chimborazo quien por estar recién operado de la rodilla tuvo que pedir ayuda.

“Viví un momento triste y traumático de mi vida porque vi cómo atacaron a mis compañeros cuando hacían una calle de honor, cantaban el himno a la Policía y esperaron por más de una hora su salida”, dijo.

A ello agregó que “los militares vinieron con subametralladoras que son para la guerra, esas armas no se pueden comparar con las de la Policía que son para utilizar en manifestaciones”.

El médico Esteban Arízaga estaba de luto. “Defendemos la vida de las personas no las tesis políticas”, señaló, al tiempo de reconocer que la vida de las personas estuvo en peligro. Puertas, ventanas, orificios de bala y recién nacidos asfixiados son parte de las consecuencias del rescate.

Rebelión en la CTG llama a sospechas

El director ejecutivo de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), Jaime Velásquez, dijo ayer que la insurrección de dos oficiales del Cuerpo de Vigilantes estaría relacionada con la revuelta provocada a nivel nacional por la Fuerza Pública.

El jueves pasado, mientras la Policía se tomaba los cuarteles y recluía al presidente Rafael Correa en un hospital, una turba compuesta por unos cuantos elementos de la tropa y varios civiles ingresó a las oficinas de Brevetación y Dirección Ejecutiva de la CTG. Según Velásquez, los alzados estaban liderados por los coroneles Leonel Posso y César Garzón y dañaron equipos, se llevaron dinero y agredieron al personal civil.

“No tengo idea si es que esto se venía planificando o no, lo que sí sé es que es parte de un hecho lamentable que se dio en las calles de Quito, Guayas y el país, por parte de la Policía y se aprovechó el momento. Hay dos protagonistas al momento que estaban ahí”, sostuvo el funcionario.

Se preguntó si los sucesos en la Comisión fueron o no aislados. Luego él mismo respondió: “Más bien tiene algo que ver, algún punto de vista con todos los hechos que se dieron en el país”.

A causa de los daños provocados en esas oficinas, la CTG no atendió ayer al público en trámites como emisión de licencias, cobro de citaciones y otros.

La entidad reanudará la atención a partir del lunes a las 08:30 normalmente.

En cuanto a los supuestos responsables del caos, la institución inició las investigaciones. Por lo pronto, Garzón quedó a órdenes de un alto jefe del cuerpo uniformado. Posso, quien está de vacaciones, no se asomó ayer por la Comisión. (JAA)Quito recobró la calma

Cerca de las 10:00 de ayer, algunas instituciones financieras y almacenes comerciales de la capital no abrían sus puertas. Pero horas más tarde, las actividades económicas en general, fueron restituidas y el tráfico vehicular fluyó normalmente. Los bancos, que estaban operativos, lucían abarrotados por varias horas, aunque los quiteños aún manifestaban su nerviosismo por las revueltas del pasado jueves en el país.

Ante esta situación, César Robalino, director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), informó que la atención a los clientes “del Sistema Bancario era normal, con ciertas medidas de seguridad”.

El 30 de septiembre, los principales centros comerciales de la ciudad cerraron sus puertas desde la mañana para evitar posibles incidentes delincuenciales. Ciudad Comercial El Recreo y El Espiral, por ejemplo, no atendieron al público antes del mediodía.

Roberto Peña, propietario de un almacén comercial, manifestó que el jueves existía “mucha incertidumbre, pero hoy (ayer) la situación era habitual, tanto en afluencia de visitantes como en horarios de atención”. Una situación similar sucedía en los mercados minoristas de Quito. Para la tarde del viernes varios centros de abastos contaban con su habitual número de visitas. Mediante un comunicado, el Ministerio de Coordinación de la Producción, Empleo y Competitividad (Mcpec) informó que ayer, las actividades del sector productivo en la capital se desarrollaban con regularidad. (JMF)Análisis: José Luis Ortiz



La urgencia de un manejo estatal equilibrado

La sublevación policial de ayer ha desencadenado un acontecimiento que tiene varias aristas. Se ha demostrado que si un proyecto de ley no es suficientemente consensuado pueden producirse efectos peligrosos para la estabilidad democrática. El ambiente, a partir de la aprobación de algunos textos legales, se ha venido caldeando en los últimos días. La Universidad Ecuatoriana se halla movilizada, los servidores públicos pueden salir a las calles en cualquier momento, y los integrantes de las Fuerzas Armadas y de la Policía han pasado de la obediencia a la activa participación.

El levantamiento policial, de carácter fundamentalmente reivindicativo, ha dado lugar a una serie de manifestaciones de solidaridad y apoyo, nacional y externo, al régimen constituido. La agitación en el Regimiento Quito pasó de ser actitud de un sector, que se asume afectado por las medidas oficiales, a punto desencadenante de pronunciamientos de organismos internacionales y de gobiernos.

La OEA y Unasur, y la mayoría de países, se han hecho presentes para solidarizarse con el Gobierno ecuatoriano, para rechazar cualquier intento de golpe de Estado y para ratificar su apoyo a la democracia. Para ello ha sido importante el manejo oficial que se ha hecho del tema y la publicidad que lo ha presentado como una muestra de oscuros propósitos de la oposición.

La lógica, a partir de tan complicado evento y de sus dolorosas consecuencias traducidas en pérdidas de vidas humanas, temor generalizado y agudización de enfrentamientos sociales, aconseja dejar de tratar momentos difíciles como este de manera superficial para ganar bonos, y pensar en la democracia no solo como instrumento electoral para la designación de mandatarios, sino como concepto integrado por un comportamiento estatal responsable y maduro, y como espacio de participación ciudadana al amparo de la paz y el derecho.

Régimen sube el número de muertos en disturbios



El Ministro del Interior dijo que hubo tres bajas: un policía, un militar y un civil, pero el Canciller habló de que podría haber una más

Diario EXPRESO

Quito. Momento en que retiran de la morgue al miembro del GIR, Froilán Jiménez, quien murió durante el rescate del presidente Rafael Correa.

El gobierno de Ecuador elevó hoy el número de muertos durante la sublevación de policías sucedida el día anterior, aunque aún no está claro si se trata de tres o cuatro personas.

El ministro del Interior, Gustavo Jalkh, dijo en una rueda de prensa que hubo tres bajas: un policía, un militar y un civil, pero el titular de asuntos exteriores, Ricardo Patiño, habló de que podría haber una más.

"Entiendo que hay como 27 heridos y parece que hubiera cuatro muertos, lo cual es muy lamentable", indicó a la prensa Patiño, que tenía derrames en ambos ojos como consecuencia que un golpe que, según la Cancillería, recibió de los gendarmes sublevados.

Ricardo enfatizó que esa información "hasta ahora sólo es extraoficial".

Sólo se conoce la identidad de dos de los muertos, Froilán Jiménez, miembro del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), y Juan Pablo Bolaños, un estudiante universitario que había ido a las inmediaciones del hospital junto con su familia a respaldar a Correa, a lo que había conminado el régimen.

Ambas personas perecieron cuando agentes del GIR y del Ejército atacaron a los uniformados sublevados, que tenían retenido al presidente Rafael Correa en un hospital.

Bolaños murió aparentemente al encontrarse en medio del tiroteo en ambas partes.



Patricio Franco es nuevo Jefe de la Policía de Ecuador


QUITO
EL UNIVERSO
 
El ministro del Interior, Gustavo Jalkh, dijo que se ha designado al general Patricio Franco en reemplazo de Freddy Martínez en el cargo de comandante general de la Policía.


En un primer momento se nombró como comandante encargado a Florencio Ruiz, que era Jefe de Estado Mayor, y que durante los hechos de ayer expresó el sentir y pensamiento de los miembros de la Policía Nacional.

El comandante de la Policía, general Freddy Martínez, renunció al cargo tras una rebelión de miembros de esa institución que secuestraron al presidente Rafael Correa durante doce horas, indicó un portavoz policial.

El comandante dimitió a su cargo tras una sublevación de efectivos de la fuerza pública que consideró un "irrespeto" al presidente de la República y atribuyó a posibles infiltraciones.

El jueves temprano, Martínez intentó sofocar la sublevación de los policías, pero éstos se negaron a escucharlo y el oficial debió abandonar el principal regimiento de Quito, que había sido tomado por los amotinados.

Grupos de policías y militares se rebelaron por una ley aprobada el miércoles por el Legislativo, que reducirá beneficios económicos de los miembros de la fuerza pública.

Correa también trató de conjurar la insubordinación, pero fue agredido y se refugió en un hospital vecino, donde quedó retenido por 12 horas hasta que fue rescatado en un operativo de militares y policías leales al gobierno, que dejó dos muertos y 37 heridos en el cruce de balas.

Tras su rescate, el mandatario manifestó que sancionará a los policías en rebelión y que "no habrá perdón ni olvido".
Correa ante el dilema de radicalizarse o ser conciliador tras rebelión



AFP
QUITO






La rebelión policial superada por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, lo fortalece y lo ubica ante la disyuntiva de radicalizarse, como hizo su aliado venezolano Hugo Chávez tras el golpe de Estado de 2002, o ser más conciliador.


Correa, un economista de izquierda, fue retenido el jueves por policías para que derogara una ley que les recorta beneficios económicos, pero el mandatario denunció que fue una tentativa golpista del ex presidente Lucio Gutiérrez, un coronel en retiro del Ejército derrocado en 2005.


Tras ser rescatado por militares y policías aliados de un hospital de Quito en un operativo que dejó cuatro muertos y 197 heridos, el gobernante, con tono desafiante, anunció que destituirá a los sublevados y no retrocederá con la ley con la cual pretende recortar la burocracia.


Analistas consultados por la AFP coinciden en que Correa, en el poder desde enero de 2007, salió fortalecido de la crisis, pero que ésta desnudó una vulnerabilidad del mandatario, que además fue agredido ante las cámaras por los manifestantes cuando los retó en un regimiento policial que habían tomado.


"Salió fortalecido porque logró salir del secuestro sin ninguna condición, pero hay que ver si se mantiene el triunfo a largo plazo", dijo Simón Pachano, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.


"Sale fortalecido, pero la rebelión pone un cuestionamiento sobre la estabilidad del mandatario, se ve que es vulnerable frente a estas instituciones", matizó la directora del Observatorio Político de la Universidad Católica, Patricia de la Torre.


Correa, reelegido en abril de 2009, es el presidente que más tiempo ha durado en la presidencia de Ecuador desde 1996. En ese lapso el país tuvo otros siete mandatarios por golpes de Estado, destituciones o revueltas populares.


Por ello Hernán Reyes, catedrático de la Universidad Andina, considera que la crisis "le da serios elementos al presidente para pensar que la debilidad institucional persiste" y que "algo no se está haciendo bien en el tema de la negociación".


En su criterio, el mandatario, con una personalidad volcánica, "no solo dio muestras de imprudencia (...) sino que fue objeto de vejamen y maltrato por miembros de una institución del Estado, lo que puede afectar su autoridad".


En ese contexto, Correa enfrenta el dilema de seguir o no el camino de Chávez, su principal aliado, que radicalizó su revolución socialista tras el golpe de Estado que lo sacó del poder durante algunas horas en abril de 2002.


Chávez fue restituido gracias a un movimiento de militares leales, acompañado por manifestaciones populares en las calles.


"Creo que va a tomar el camino de no retroceder y no buscar acuerdos de ningún tipo, fue lo que anunció ayer (jueves), y eso hace esperar una radicalización", previó Pachano.


"Va por esa línea (radical). Y si a esto se suma el apoyo popular, tendremos un presidente que va a ser el autor de toda la gestión política, lo cual no es beneficioso para la democracia porque sigue propiciando una imagen de caudillo", estimó Torres.


Ante esa tentación, Hernán Reyes considera que Correa debería dar "un giro trascendental en la forma de relacionarse con la sociedad civil, en el estilo de liderazgo, porque no puede seguir polarizando".


Reyes anotó que aunque las encuestas le dan una alta popularidad al mandatario, "fue poca la gente que salió a defenderlo" en las calles.


Además, recordó que el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, general Ernesto González, al respaldar al mandatario, planteó derogar la ley en controversia. "Todo esto debe hacerlo meditar", observó el analista.



Se anuncian incluso castigo penal para sublevadosEl gobierno investigará la sublevación de un grupo de policías y militares que se rebelaron en contra del orden democrático y se buscará que sean castigados de forma penal, si es el caso, aseguró este viernes el ministro de Justicia, José Serrano.


AP - Redacción
QUITO

 


En declaraciones recogidas por el período oficial El Ciudadano, señaló que durante la revuelta el jueves, el presidente Rafael Correa fue agredido, física y verbalmente, antes de ser retenido contra de su voluntad por más de 10 horas en el Hospital de la Policía.

Vamos a investigar para determinar a los autores materiales e intelectuales de estos acontecimientos, y ellos deberán ser castigados, no solo administrativamente, sino también de forma penal, si es el caso.

La declaración coincide con la advertencia de Correa, quien minutos después de ser rescatado a bala dijo no habrá perdón ni olvido para los sublevados y se los sancionará.

Los policías y un grupo menor de militares se amotinaron para rechazar un proyecto de ley, a punto de ser aprobado, en el que se eliminan bonos y beneficios económicos para policías y uniformados.

Los enfrentamientos dejaron al menos cinco muertos y 197 heridos, según el ministro de Salud, David Chiriboga.

Aparte, diversos medios de comunicación reportaron la muerte a bala de un estudiante y de otro policía, arrollado por un camión de la empresa estatal de correos en medio de las protestas policiales.

Correa tuvo que ser rescatado en medio de una balacera por militares desde el hospital policial donde se refugió tras ser vejado por los uniformados cuando llegó al cuartel de los alzados en Quito.

Lo ocurrido provocó la renuncia del comandante de la policía, general Freddy Martínez, argumentando que un comandante irrespetado, un comandante maltratado, agredido por sus subalternos, no puede quedarse al frente de ellos. Añadió que ayer (jueves) fue un día lamentable, crítico, caótico, hubo desorden por doquier, pero el hecho es muy lamentable , doloroso, me apena terriblemente.
Nuevo mando policial

El gobierno nombró en su reemplazo temporal al general Florencio Ruiz, quien ante los medios expresó que la policía está cumpliendo (el viernes) el operativo normal a nivel nacional.
Habrá una investigación por parte de asuntos internos de la policía, con el mayor profesionalismo y dando oportunidad a la defensa y al debido proceso, aseguró.

Hija de ex presidente Gutiérrez participó en operativo


EFE
BRASILIA




El presidente de Ecuador, Rafael Correa, "magnificó" una "protesta policial" y "puso en vilo a la comunidad internacional" para "esconder la corrupción" en su Gobierno, afirmó hoy en una entrevista con EFE el ex gobernante de ese país, Lucio Gutiérrez.


Gutiérrez reveló incluso que su hija Karina, que es subteniente del Ejército, participó en el rescate de Correa del hospital en el que permaneció retenido durante las protestas, y mostró un correo electrónico que le envió cuando la situación se normalizaba.

"Papito bello: Como tú sabías, mi batallón se emplea en las situaciones de emergencia. Salí ayer al rescate y estuve en medio de los gases y los tiroteos. Yo sé que nunca arriesgarías la vida de nuestro pueblo. Por eso estoy orgullosa de ti. Te quiero mucho", dice el mensaje enviado por la hija de Gutiérrez.

Lucio Gutiérrez, quien se encuentra en Brasilia como observador de las elecciones del próximo domingo, rechazó "de manera categórica las acusaciones falsas, temerarias y cobardes" de Correa, quien afirmó que personas del entorno del ex presidente azuzaron las protestas de este jueves con el fin de crear el clima para un golpe de Estado.

"No hubo ningún intento de golpe, sino una protesta de policías a los que no les alcanza el salario y que fue usada por el presidente Correa para presentarse como víctima y esconder los escándalos de corrupción" en su Gobierno, afirmó el ex coronel.

Según Gutiérrez, Correa "sólo pretende ocultar las denuncias de que su hermano Fabricio ha hecho negocios sucios con el Gobierno por cientos de millones de dólares", volcadas en el libro El Gran Hermano, de los periodistas Juan Carlos Calderón y Cristian Zurita.

"Esa es la verdad. Hasta porque los golpes de Estado no los dan las bases ni los policías rasos. Los da la elite", argumentó el ex presidente (2003-2005).

"Es verdad que queremos botar a Correa, pero con los votos, y que concluya su mandato para derrotarle en unas elecciones libres" y "no fraudulentas", como calificó las celebradas en abril de 2009, en las que perdió frente al actual mandatario, dijo el ex presidente.Gutiérrez consideró que, por lo ocurrido este jueves, "más bien habría que culpar a la actitud prepotente, abusiva y corrupta del Gobierno, que no respeta el derecho de los ciudadanos y fue "el causante de esta crisis".

Afirmó además que Correa "magnificó" los hechos al desplazarse al cuartel en que se habían amotinado "unos cuantos policías rasos" de "última jerarquía", y actuó como "un matón de barrio" al enfrentar una protesta "a los gritos" y en forma "irascible" e "intolerante".

"Eso lo habría resuelto un mayor, un capitán o un ministro, pero no era un asunto para el presidente", que vio la "oportunidad" de "sacarle provecho mediático" a la protesta, sostuvo Gutiérrez.

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