http://www.eluniverso.com/2010/10/24/1/1421/30-s-cnn-sublevacion-golpe-nuestra-tv.html?p=1447&m=1704
Mientras los medios escritos y la opinión pública salieron en defensa de los canales privados de televisión, que tanto se quejaron de la falta de libertad para informar ante la imposición de la cadena indefinida, estos últimos no han sido capaces de desarrollar un programa de análisis sobre el 30-S, que profundice sobre las causas sociales que movilizaron las conductas que vimos.
Que trabaje sobre la comprensión y no la descalificación. Mientras tanto, el oficialismo sigue recurriendo a las mismas tácticas con todo su aparato comunicacional, hablando de personas e identificando culpables en lugar de concentrarse en los hechos y la gente, su gente.
El día 21 de octubre el canal de televisión CNN en español transmitió ‘Ecuador. ¿Sublevación o golpe?’. Un especial de periodismo investigativo sobre lo ocurrido el 30 de septiembre en nuestro país.
Un trabajo preparado y conducido por el periodista Luis Carlos Vélez. Podríamos dividir el programa en tres ejes. Uno donde a través de la reconstrucción de los hechos se fue entrevistando a representantes oficialistas y de oposición para que dieran su versión de los hechos. En ese espacio no vimos nada nuevo. Los mismos discursos de siempre, de los mismos personajes, con los mismos argumentos.
Un equipo defiende la idea de un golpe de estado, el otro se ratifica en la hipótesis de una sublevación. Ataques repetidos y gastados de nuestros políticos esparcidos por los satélites de la mega cadena noticiosa.
Un segundo eje fue la opinión de analistas internacionales, donde las dos posturas volvían a estar representadas, la versión del golpe era sustentada por Michael Cohen, autor de libros que investigan las relaciones entre la gente y las ciudades, y la de la sublevación, por Álvaro Vargas Llosa, periodista y politólogo.
Aquí, pudimos ver una reflexión interesante, argumentos, una evaluación de los síntomas y causas que condujeron al país al 30-S. Sin insultos, sin descalificaciones, con miradas opuestas, ambos expositores desarrollaron sus tesis.
Vargas Llosa defendió que no hubo golpe, porque no hubo premeditación para sacar al Presidente del poder y establecer un régimen de tipo inconstitucional. Sostuvo que la democracia ecuatoriana ha sido sometida a unos embates constantes y periódicos que la han debilitado, y señala que el Presidente Correa y su gobierno han cambiado las reglas de juego desde el poder, como lo han hecho otros gobiernos de la corriente del socialismo del siglo XXI, y han establecido un sistema que no es aquel que le permitió llegar al poder originalmente, lo que de algún modo ha aumentado y añadido inestabilidad política del país.
Por su parte, Michael Cohen, con un español poco fluido (desventaja versus Vargas Llosa), plantea que sí hubo un golpe de estado y que a pesar de ser difícilmente identificables los autores, las causas serían los intereses de distintos grupos que pierden cuando un país entra en un ejercicio de políticas de redistribución, como las que corresponden al plan de gobierno del presidente Correa, que quiere cambiar la desigualdad del país.
Sostiene que con esta nueva política económica aparece un fuerte conflicto de intereses. Ambos coinciden en que la rápida respuesta de apoyo de los gobiernos latinoamericanos y del mundo son más que un apoyo a Correa, un respaldo a la democracia de la región, y políticamente, una estrategia para protegerse ellos mismos, el conductor ratifica esa postura citando una frase de la entrevista a Gustavo Noboa: “Entre bomberos no se pisan la manguera”.
El tercer eje corresponde a las entrevistas a Paco Velasco y Carlos Vera. Vuelta atrás, más insultos, unos más machos que otros. Ante la pregunta de si había culpa de los medios de comunicación en la división del país, Vera dijo que si los medios bajan el tono, se bajan los pantalones.
Velasco respondió que Correa no es un angelito, no es un arcángel, Correa es un hombre jodido que no se deja ¬nada más representativo de lo que somos¬.
¿Cuáles fueron las conclusiones del periodista de la cadena? Luego del 30-S, todos sospechan de todos, hay más polarización en la Asamblea, la democracia se debilitó, nadie ganó y al final el Ecuador fue el único que perdió.
Para finalizar, nada más claro que la última pregunta que Vélez hizo a Carlos Vera y Paco Velasco: ¿Va a haber, sí o no, un futuro bueno, de tranquilidad para Ecuador? Ninguno dijo “Sí”, y volvieron a defenderse y atacar, como hacen todos, todos los días en nuestras pantallas.
Un golpe de estado contra la convivencia y el progreso, una sublevación contra el civismo y la búsqueda de un consenso que nos saque de esta confrontación que nunca tendrá un final feliz.
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