domingo, 25 de octubre de 2009

Los habitantes de Tongorachí, al sur de Esmeraldas quieren recuperar sus tierras



Tongorachí es una comunidad de pescadores que desde su creación, (nadie recuerda exactamente la fecha, pero sus habitantes aseguran que tienen más de 300 años asentados en el lugar), se la levantó junto al mar, entre las poblaciones de Galera, Quingue, Estero de Plátano y San Francisco del Cabo, en el cantón Muisne, en la frontera con la provincia de Manabí.
Siempre fue un pueblo muy pequeño, apenas 15 familias construyeron sus viviendas a unos 150 metros de la playa, en una especie de bahía desde donde se divisa un paisaje encantador rodeado de grandes peñas donde las olas del mar rompen con fuerza y una playa limpia de casi 800 metros y con aguas tranquilas.
La historia de este poblado seguiría en el anonimato de no ser porque ahora ya no tienen dónde vivir. Los terrenos donde estaba asentada la comunidad están en manos de inversionistas privados llegados desde la serranía, mientras que, unas 150 personas luchan ahora por tratar de recuperar sus tierras.
Inés García, presidenta del Comité Pro mejoras, dice que en el año 1997 y 1998 empezaron los problemas para ellos. En esa época, la fuerza de la estación invernal agravada con la presencia del fenómeno del Niño, ocasionó grandes oleajes que prácticamente barrieron las casas donde habitaban.
“Tuvimos que salir del lugar porque nuestras vidas y la de nuestros hijos corrían peligro”, dijo. A raíz de este incidente, los habitantes de Tongorachí se reubicaron a unos 800 metros del lugar original donde antes estaba asentado el poblado, en la parte superior de una loma, junto a la carretera Galera – San Francisco – Bunche.
Humberto Obando, morador del sector, dijo que hace 2 años atrás se enteraron que las tierras que antes eran de sus padres y de sus abuelos y sus tatarabuelos, ahora tienen nuevos dueños. “Salimos del lugar porque era peligroso, pero ahora las tierras donde estaba nuestro pueblo Tongorachí, que consta en los mapas, están en poder de extraños”, dijo.
Magdalena Chavarría, Jefe Político del cantón Muisne, dijo que el problema es grave. “Los colonos, los nativos de estas zonas se han quedado sin tierras, la mayoría de éstas ahora está en manos de sabidos que se han aprovechado de la ingenuidad de nuestros campesinos”, expresó.
En el caso de Tongorachí, dijo que es costumbre de los campesinos no sacar las escrituras de las tierras y que de eso se han valido personas inescrupulosas para hacerse otorgar adjudicaciones de tierras por parte del INDA. “Tongorachí es un poblado de Esmeraldas cuyos habitantes de la noche a la mañana se han quedado sin tierras”, dijo.
El pasado domingo, una delegación de habitantes de Tongorachí acudieron al lugar para demostrar que el lugar aún restos de las edificaciones que fueron arrasadas por el mar. En el lugar se encontraba César Matilla, quien mostró escrituras por 6 hectáreas que ahora son de su propiedad y que a su vez fueron compradas a una persona identificada como Sixto Calixto.
Mantilla dijo que él no le ha quitado nada a nadie y que se trata de un grupo de “sabidos invasores” los que quieren arrebatarle sus tierras. “Yo tengo los documentos de que estas tierras las he comprado, legalmente yo soy el dueño los invasores son ellos que se están metiendo en propiedad privada”, dijo.
El reclamo de los habitantes de Tongorachí se mantiene. Ellos dicen que sí es cierto que César Mantilla tiene una escritura pero aseguran que esta fue adquirida de manera fraudulenta. Mientras que César Mantilla, reconoce que en el lugar antes había un poblado, pero dice que hace más de 25 años que las tierras fueron abandonadas y que consecuentemente eran tierras del estado.

“No puede ser que de la noche a la mañana vengan 4 sabidos y se hagan adjudicar 46 hectáreas de tierra, es gente que nunca ha vivido aquí, la escritura de César mantilla dice que compró las tierras en 500 dólares”, dijo Inés García. Mientras que, César Mantilla, al ser consultado por el valor que pagó por las tierras se negó a contestar diciendo: “eso a nadie le interesa lo que importa es que yo soy legalmente el dueño”.

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