sábado, 7 de mayo de 2011

Desesperación por conseguir agua y crisis sanitaria sufre Esmeraldas

EL UNIVERSO

El abastecimiento de agua potable en los hogares esmeraldeños se ha convertido en el mayor tormento desde hace tres meses. Cientos de personas se quejan por los cortes, que en ocasiones duran hasta dos semanas en algunos barrios de la ciudad. El problema también afecta a los cantones Atacames y Rioverde, que reciben el servicio de la misma proveedora.

La situación sanitaria es tan preocupante que en esta semana se debieron suspender las clases por tres días, por la insalubridad de los planteles.

La Empresa de Agua Potable, EAPA-San Mateo, opera un sistema al borde del colapso. Las cinco bombas de la planta –que funciona desde 1993– se detienen constantemente y hay dificultades para potabilizar el agua cruda, por la turbiedad, y la red de tubería necesita ser cambiada. Y no hay recursos.

Pero EAPA-San Mateo también se hunde entre problemas administrativos y financieros. Integrantes del directorio se quejan del centralismo y porque ni la mitad de sus abonados cancela sus planillas.

Su presidente ejecutivo, Omar Estupiñán, comenta que las cosas “se hicieron mal” desde el comienzo. Cuenta que el proyecto se lo planificó en dos etapas y que la primera incluía la construcción de la planta de captación y el cambio integral de la red intradomiciliaria, pero lo último no se hizo. “La tubería enterrada en la ciudad data de hace 52 años. Son redes de asbesto-cemento que nunca se reemplazaron por tubería de PVC de alta resistencia”, dice.

La segunda fase contemplaba hacer una piscina para facilitar el proceso de potabilización y la construcción de una red alterna entre San Mateo y Esmeraldas para utilizarse en caso de emergencia. Nada se hizo.

La empresa Inabronco edificó la planta y a su vez fue la primera administradora. En el 2004, por un decreto especial, se crea EAPA-San Mateo.

El directorio lo integran cinco funcionarios. Lo encabeza un presidente ejecutivo designado por el presidente de la República; los otros son el ministro de la Vivienda o su representante, el subsecretario de Saneamiento Ambiental, un delegado del Municipio de Esmeraldas y un delegado de las cámaras de la producción.

El primer presidente fue Ricardo Morcillo y en el régimen de Rafael Correa ha habido dos administradores: Jorge Weir Cotera y Omar Estupiñán. El primero vive en Quito.

El concejal Rónmel Ruiz, delegado del Municipio, se queja de que la empresa está manejada directamente desde el Gobierno y que a él no le hacen caso. “Desde hace cinco meses no llaman a sesión del directorio, prácticamente yo soy solo, los tres delegados del Gobierno hacen y deshacen”, fustiga.

El alcalde de Esmeraldas, Ernesto Estupiñán Quintero (MPD), acusa de incapacidad y de falta de ejecución a los administradores de la planta. Dice que el Cabildo está en vías de asumir la competencia de EAPA-San Mateo, pero exige que se entregue la planta en óptimas condiciones de operatividad. “Esa planta de agua no sirve, tiene que ser repotenciada, no podemos hacernos cargo de un bien que no lo vamos a poder rehabilitar porque no tenemos dinero para eso”, expresa.

Para esa repotenciación, el presidente Correa ofreció $ 8,5 millones, pero los recursos aún no llegan. Los trabajos de rehabilitación durarían seis meses.

EAPA-San Mateo, según su presidente ejecutivo, arrastra deudas que en ocasiones se tornan impagables. “Tenemos ingresos por $ 300.000 al mes y gastamos $ 600.000; esta empresa no es rentable, está al borde del colapso”, dice Omar Estupiñán, quien ante los reiterados cortes de agua anuncia que la empresa no cobrará por el servicio los dos últimos meses.

En el departamento técnico se informa que hay 36.700 abonados registrados. De ellos, solo 13.000 pagan sus planillas.

Álvaro Ferrer, vocero de EAPA-San Mateo, cita que hay sectores altamente peligrosos, como las islas, donde la gente no paga por el agua y no se puede cortar el servicio porque son amenazados de muerte.

Lo mismo ocurre en Atacames, donde la empresa registra 7.800 abonados. De ellos, solo 2.000 cancelan sus consumos. “Lo peor de todo es que de los 13.000 que sí pagan, el 20% posee líneas clandestinas y cancela un precio irreal a lo que consume”, afirma Ferrer.

Pero los problemas técnicos y financieros de la empresa no le interesan a Maura Tenorio, del barrio San Martín, ubicado en la parte alta de Esmeraldas, quien remarca que la obligación de EAPA-San Mateo es dotar de agua potable al barrio.

“Tienen el descaro de mandar a cobrar la planilla de este mes cuando nunca nos ha dado agua; yo no voy a pagar nada”, dice. En las radios locales, decenas de habitante se quejan.

Antonia Montaño, presidenta de la Cámara de Turismo de Atacames, dice que en los dos últimos feriados la provisión de agua potable falló y fueron múltiples las quejas de los turistas.

Afectación en población

Por la insalubridad en los planteles por la falta de agua, las clases se suspenden reiteradamente. A su vez, los estudiantes protagonizaron marchas de protesta.

Redes de tuberías

De cambiarse la red de tubería de asbesto-cemento por la de PVC, el sistema estaría habilitado para funcionar 50 años más.

Deuda

El Municipio de Esmeraldas sería uno de los principales deudores, con $ 13.000.

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