CRE
Los pobladores de la parroquia Selva Alegre, en la provincia de Esmeraldas, se sienten afectados por el operativo militar que dañó sus maquinarias para terminar con la minería ilegal.
En la zona viven alrededor de 1000 personas, de las cuales el 80 por ciento trabaja buscando oro entre la tierra que sacaban las retroexcavadoras, que ahora están destruidas.
“De eso vivimos nosotros, aquí en este pueblo, no vivimos de más nada porque no tenemos a donde coger, ahora ya nos hicieron el daño, quieren que robemos”, manifestó Ninia Canga, habitante del sector.
Otro de los afectados es Hernán Castro, quién después de trabajar ocho años en Italia, compró una máquina, pero ahora todo el proyecto está en ruinas.
“Solo me toca luchar y trabajar para sacar adelante a mi familia”, expresó Castro en declaraciones a Ecuavisa.
Aunque persiste la amenaza del cierre de las vías, todavía no se llega a una resolución por parte de los perjudicados.
dianeli_15@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario