lunes, 9 de agosto de 2010

El verde da la sazón en los platos esmeraldeños


EL COMERCIO

El plátano verde es el ingrediente infaltable en la gastronomía de los esmeraldeños. Los habitantes en estos días festejan los 190 años de independencia de la ‘Provincia Verde’. Aquí se lo conoce simplemente como “verde” y se lo prepara de infinitas maneras como plato fuerte o para ser el acompañante de cualquier comida.

De la mezcla del plátano frito con pescado, carne de chancho o queso se hace el bolón de verde.

Por este plato, hasta las 12:00, se mantiene lleno el comedor Bolones y Picantería Bolívar.

Es el sitio preferido para desayunar de Ana Hurtado. “Estos bolones son deliciosos, hasta para llevar a casa son buenos”. A las 10:00 se servía en compañía de su hermana Eugenia Hurtado y su hija Ailin Gámez.

El encebollado se ha convertido también en un plato favorito para empezar el día. Los locales donde lo preparan se han multiplicado tanto en el sur (La Tolita y Codesa) como en el centro de la ciudad. Incluso hay unos al frente o al lado del otro.

Hasta las 11:00 las mesas permanecen ocupadas y además concurre mucha gente que pide el encebollado para llevar a sus casas o lugares de trabajo.

Los encebollados Emelec, de la Parada 7, a una cuadra del mercado central, son muy solicitados. Su propietario, Rodolfo Pachai, madruga para deleitar a sus clientes. Los sirve con abundante pescado y con chifles.

Una de las maneras de consumir el verde es como chifle. Se corta en láminas delgadas y se sumerge en una paila de aceite caliente. Sale crujiente.

En las tardes, el olor a verde frito y maní envuelve a los transeúntes de las calles céntricas de las ciudad. A partir de las 15:00 se instalan dos carretas para vender corviches en las esquinas del parque central 20 de Marzo.

El uno está en la calle Bolívar y 10 de Agosto, diagonal al edificio del Consejo Provincial, y el otro se ubica en las calles Sucre y 9 de Octubre. De una masa de verde rallado se forman los bocaditos que van rellenos de pescado sazonado y desmenuzado. El corviche se fríe en una paila muy caliente y se sirve con ensalada de col, cebolla y zanahoria. No falta la mayonesa.

Para almorzar, se prefieren los cebiches con patacones y arroz, y carne con arroz y menestra. Manuel Gracia dice que en su casa, al mediodía, sus tres hijas no pueden comer si no hay arroz y plátanos. “Incluso nos gusta cocinado nomás”.

La oferta gastronómica es muy diversa también en la noche. En el balneario Las Palmas, donde están los sitios para la diversión nocturna, hay diversos restaurantes. En Carbón y Leños se prepara una variedad de carnes y embutidos a la brasa. Las parrilladas son su especialidad, que se sirven acompañadas de arroz, menestra, patacones y ensalada.

El sitio siempre está lleno. Acuden familias, amigos y parejas.

Su propietaria, Lidia Espantoso, se siente orgullosa de cómo ha crecido su clientela en cinco años. “Primero abrimos un local en el centro y cada vez nos pedían más y más, por eso decidimos abrir aquí en Las Palmas, donde viene la gente a bailar”.

Este plato es ideal para empezar una noche de farra. En este local se atiende hasta las 22:00.

Ya en el malecón de Las Palmas se puede encontrar comida similar hasta en horas de la madrugada. Los Chuzos de Henry, por ejemplo, son muy apetecidos por quienes salen de las discotecas. La atención en el lugar comienza desde las 19:00.

Este plato está compuesto de carne asada ensartada en un palillo, ensalada y plátano frito. El chuzo es lo que en la Sierra se conoce como pincho.

Para quienes se retiran de este sector y buscan otra opción están los cebiches El Madrugador, aunque más popularmente se los conoce como los de la esquina de la 21 de Septiembre, porque allí se ubica una escuela con ese nombre. En esa vereda se instala en las noches Dolores Ayala con una carreta. Ella ofrece cebiches de concha, camarón y pescado. O mixtos. “Son efectivos para reponer las energías perdidas en una fiesta”, dice Ayala.

“En Esmeraldas es imposible hacer dieta para bajar de peso porque la comida es riquísima”, comenta entre risas Viviana Martínez. Ella es una esmeraldeña radicada en Estados Unidos, quien está de visita.

Otro plato típico es el ensumacao, compuesto de varios mariscos, maní y coco. Es muy consumido más por los turistas que por los esmeraldeños, pues el plato cuesta USD 13.

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