viernes, 1 de abril de 2011

Reporteros sin Fronteras pide al presidente Rafael Correa retirar dos demandas exorbitantes contra la prensa



Sr. Rafael Correa Delgado

Presidente de la República del Ecuador
Palacio de Carondelet, Quito

Señor Presidente,

Usted acaba de emprender, uno tras otro, dos procesos contra la prensa. Organización internacional de defensa de la libertad de prensa, Reporteros sin Fronteras está muy preocupada por las consecuencias de estas acciones judiciales y por las reclamos, a nuestro parecer excesivos, que usted hace. 

El primer proceso, civil, fue interpuesto en el mes de febrero por “daño moral” contra Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, autores del libro “El gran hermano”. Los dos periodistas cuestionan ciertos contratos realizados entre el Estado y su hermano mayor, el empresario Fabricio Correa, y afirman que usted estaba informado de ellos. Usted reclama en este caso una indemnización cercana a los 10 millones de dólares.

El segundo caso es penal. El proceso fue emprendido el 21 de marzo por “injuria calumniosa” contra tres directivos del diario El Universo –Carlos, César y Nicolás Pérez– así como contra el articulista  Emilio Palacio, de quien conocemos la extrema virulencia. En una editorial publicada el 6 de febrero bajo el título “NO a las mentiras”, Emilio Palacio le acusa de querer amnistiar a policías implicados en el levantamiento del 30 de septiembre de 2010.  Sin citar nunca el nombre de usted, el articulista menciona al "dictador" y habla de "crímenes de lesa humanidad". Esta vez usted reclama 80 millones de dólares por daños e intereses a El Universo y sus directores, así como una pena de tres años de prisión para cada uno de los cuatro demandados.

No negamos la gravedad de las acusaciones contra usted –ni el carácter injurioso en el caso del artículo de El Universo–. No obstante, consideramos que estos procesos son muy peligrosos para la libertad de expresión. 

Usted mismo ha afirmado reclamar justicia no como presidente de la República, sino a “título personal”. Sin embargo, sus detractores se dirigen a usted como Jefe de Estado. Si por principio, su función llama al respeto, el ejercicio del poder lo expone, por su naturaleza, a la crítica, incluso la más radical. Es una característica de toda democracia, tanto en Ecuador como en otros países. Independientemente de la veracidad de tales acusaciones –y su tono, en el caso del artículo de El Universo–, estas relevan cuestiones de interés público y ameritan una respuesta suya de fondo. Nada le impide a usted responder públicamente frente a los medios de comunicación que usted considera, a veces demasiado rápido y sin distinción, como “enemigos”, a riesgo de autorizar un uso abusivo de los mensajes oficiales (“cadenas”). 

Por otra parte, ¿qué espera usted reclamando sumas exorbitantes e incluso encarcelamientos? ¿Cree usted que estos impiden “la injuria y la calumnia”? Nos oponemos rotundamente a que los delitos de prensa sean castigados con penas de prisión incondicional. Esta intención contradice la jurisprudencia interamericana, así como la tendencia generalizada a la despenalización observada en América Latina. Asimismo, constituye un atentado gravísimo a un principio democrático fundamental. También se trata de un error político: si usted ganara el juicio, no sólo correría el riesgo de empujar a toda una profesión a la autocensura, sino también de polarizar aún más la prensa. En este caso, el remedio sería peor que la enfermedad. El crimen de lesa majestad pertenece al pasado.

A nuestro parecer, un gesto significativo de parte suya sería retirar al menos sus demandas, por no decir los procesos judiciales. Una muestra de despenalización de los delitos de prensa facilitaría también un consenso paulatino en torno a la Ley de Comunicación; al respecto hemos señalado sus disposiciones favorables al pluralismo y a la diversidad de los medios  de comunicación.

Agradeciendo su atención a nuestra solicitud, Señor Presidente, le enviamos nuestros saludos más cordiales.


Jean-François Julliard
Secretario General de Reporteros sin Fronteras

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