De acuerdo a versiones de familiares, Miguel, los fines de semana, sabía pasarla junto a los suyos y en ocasiones con sus amistades y ese día no fue la excepción. Muy temprano se dirigió a la isla “Roberto Luís Cervantes” y la pasó de lo mejor con sus panas y cuando eran pasadas las dos de la tarde, decidió retornar a su casa ubicada tras de la escuela “Río Esmeraldas”. Como todo un experto, cruzó sin dificultades el puente colgante que une a la isla antes mencionada con Aire Libre y justo cuando daba los últimos pasos para llegar a tierra firme, es cuando se resbala y cae pesadamente sobre el cemento de la escalinata y ese fue el motivo para que Miguel ya no esté en este mundo.
Fue un obrero de la Universidad Técnica “Luís Vargas Torres” por varios años y ya se había jubilado, de lo cual subsistía. En vida se caracterizó por tener amigos selectos como Don Héctor Quintero Tello y su familia de las calles Piedrahita y Eloy Alfaro y era muy servicial. Sus restos fueron velados en su domicilio, la misa en la iglesia de Aire Libre y fue sepultado en el cementerio general de Esmeraldas. Paz en su tumba. (RAV).
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