sábado, 5 de septiembre de 2009

Los búfalos desplazan a los tractores, burros, caballos y mulares en Esmeraldas




Fotos y Textos
Manuel Toro
Esmeraldas News

Los tractores están desapareciendo de las haciendas dedicadas a la siembra y cultivo de palma africana en los cantones Quinindé y La Concordia. Los burros, caballos y mulares, que eran usados para el acarreo de la fruta de palma hacia los camiones recolectores que transportan el producto hacia las plantas procesadoras, también han sido desplazados.
Los hacendados tienen una alternativa buena, novedosa y barata: los búfalos de agua (Bubalus bubalis), un gran bóvido procedente del sudeste asiático, que es tan fuerte y robusto como un tractor, que no necesita comida especial, puede cargar entre 1.5 y 2 toneladas de carga en un solo viaje y además se reproduce sin ningún tipo de contratiempo en cautiverio.


La idea de importar búfalos surgió hace 15 años atrás, cuando la siembra y cosecha de palma africana empezó a realizarse en cantidades industriales en Quinindé y La Concordia. Empresas como Palmeras de los Cien, (Palcien) y Palmeras de los Andes, fueron las primeras en importar los bóvidos para hacer las primeras pruebas.
Los resultados fueron mejor de lo que se esperaba. Los hacendados usaban burros, mulares y caballos para el acarreo de la fruta de la palma, desde la plantación hasta los camiones. Un burro necesitaba realizar entre 7 y 12 viajes para acarrear una tonelada de fruta hasta el camión, un mular hace entre 5 y 7 viajes para transportar la misma cantidad y un caballo requiere hacer más de 15 viajes.
Los hacendados empezaron a usar tractores, los cuales cargan entre 2 y 3 toneladas de fruta en un solo viaje, pero con el pasar de los meses descubrieron que las ruedas de los tractores dañaban las raíces de las palmas lo que les ocasionaban a largo plazo pérdidas.





Entonces llegaron los búfalos; estos animales fueron importados desde el Asia y cada uno de ellos puede cargar en un solo viaje entre 1.5 y 2 toneladas de carga. Se escogió al búfalo asiático, también llamado búfalo de agua, por ser un animal muy fuerte. Se les llama búfalos de agua porque pasan la mayor parte del tiempo sumergidos en un charco de agua y lodo, inclusive duermen echados dentro del charco.
El búfalo es por naturaleza un animal altamente agresivo y peligroso. Los que se usan en las haciendas de palma africana están domesticados, pero eso no garantiza la seguridad de sus cuidadores. Son solitarios y recelosos, no olvidan fácilmente un rostro y cuando son maltratados son muy vengativos.
Gissela Casanova, estudiante de Comunicación Social de la Extensión de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres en La Concordia, cuyo hermano, Jéfferson Casanova, posee 7 búfalos en la hacienda Bertha María, ubicada en el poblado de La Independencia, define a los búfalos como “inmensos, mucho más grande que un toro, con casi 2 metros de alto, más de 20 toneladas de peso y una cornamenta que infunde temor a cualquiera”.
Precisamente, Jéfferson Casanova puso en venta sus 7 ejemplares debido a que en su hacienda no cuenta con agua suficiente para los animales. Casanova dice que compró los búfalos hace 2 años atrás a un valor de 900 dólares cada uno y que nunca se enfermaron ni atacaron a ninguno de sus trabajadores.
“El único problemas es que ellos tienen su propio horario de trabajo y hay que respetarlo, trabajan desde las 07h00 hasta las 14h00, a esa hora se van a su charco, se acuestan en el lodo y no se mueven de ahí hagas lo que hagas, si los obligas a moverse se vuelven agresivos y pueden atacarte”, dice.


Los trabajadores de esta hacienda no admiran a los búfalos, todo lo contrario, dicen que son animales vengativos y perezosos. “Tú no los puedes golpear, si los maltratas ellos no se olvidan de tu rostro y esperan el momento preciso para embestirte y desquitarse, cuando tu maltratas a un búfalo, es mejor que no te vuelva a ver nunca más en su vida porque él siempre estará esperando el momento oportuno para el desquite”, dice Gissela Casanova.
En las plantaciones de palma africana, solamente usan búfalos machos ya que son de mayor tamaño y soportan mucho más carga. En la hacienda Esmeraldas, ubicada en el kilómetro 193 de la carretera Esmeraldas – Santo Domingo, propiedad de Milton Torres existen 6 búfalos para el trabajo de cargo.
Mario Álava, encargado de hace 8 años atrás de cuidar a estos animales, dice que el búfalo es muy dócil cuando conoce a las personas, pero con los extraños su comportamiento es diferente y puede llegar a ser agresivo.
Mario Álava, ingresó a un potrero donde se encontraba pastando uno de los búfalos llamado “Niño”. Pese a que Álava mantiene constantemente contacto con estos animales, “Niño” no permitió que se le acerque. “Es que son las 4 de la tarde, el piensa que lo voy a hacer trabajar y su horario terminó a las 2, por eso no se deja coger”, dijo.




Álava agrega, que no tiene referencia de ningún caso conocido de ataque de búfalos a sus cuidadores, mientras que, los estudiantes de periodismo, Karina Espinoza, Gissela Casanova, Angélica Barreiro y Carlos Andrade, quienes realizaron una investigación sobre el comportamiento de estos animales, dicen que los búfalos pueden reaccionar violentamente contra personas desconocidas o contra quienes los maltratan y que se han presentado casos de personas que han tenido que ser hospitalizadas con traumatismos graves.
La leche de búfalo es rica en grasa y proteína. En otros países se la usa para la elaboración del queso mozarela ya que para obtener 1 kilo de queso mozarela se requieren de 10 litros de leche de vaca y solamente 5 litros de leche de búfalo. En Esmeraldas no se usa la leche, ni la carne ni el cuero del búfalo, que en Asia es altamente requerida para la elaboración de cascos para motociclistas.




CORTOS

Aunque no hay datos estadísticos varios hacendados mantienen criaderos de búfalos en cautiverio, en los cantones La Concordia y Quinindé, uno de ellos es Milton Torres. Cada búfalo es vendido a un precio de 1000 y 1.200 dólares.

Las hembras son mucho más pequeñas que los machos y nunca superan la tonelada de peso, sus cuernos son aplanados y se curvan hacia atrás, todos los búfalos de Quinindé y La Concordia son de color negro, aunque también puede haber búfalos blancos.

Se lo llama búfalo de agua por su preferencia por las áreas encharcadas o pantanosas, donde se sumerge parcialmente y caminan sobre el lodo del fondo sin dificultad, gracias a sus anchas pezuñas que le impiden hundirse en exceso.

El búfalo es usado en el sudeste asiático para tirar del arado, sobre todo en los arrozales, donde su capacidad para moverse en zonas encharcadas resulta muy útil y por ello es preferido a otros bovinos domésticos.


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