lunes, 26 de marzo de 2012

Las escuelas rurales de Esmeraldas están sin mantenimiento

EL COMERCIO
Un rayo de sol penetra por el agujero que está en el techo de la Escuela República de Panamá. El plantel funciona desde hace 82 años en la provincia de Esmeraldas. Pero desde hace 30 años allí no se han hecho trabajos de rehabilitación en la infraestructura. Está en el recinto Chaupara de la parroquia Majua, cantón Esmeraldas. Es una de las 1 396 instituciones educativas de esta provincia.

El plantel está a 30 minutos de la ciudad capital y a un costado de la vía Esmeraldas-Quinindé. Ahí, dos maestras utilizan bancas deterioradas y una rústica mesa de madera para receptar las matrículas al aire libre.

Los pupitres datan del 2001 y fueron donados por la empresa de Oleoductos de Crudos Pesados (OCP), como parte de su responsabilidad social. En esas condiciones, 27 niños del primero al séptimo año de educación básica se aprestan a iniciar el año escolar, el próximo 2 de abril.

Clara Conforme, directora de la escuela, dice que los USD 360 que se recibe al año no alcanzan para reemplazar el techo de la escuela. La obra ha sido presupuestada en USD 500, con mano de obra del mismo sector.

“Con lo que llega apenas podemos comprar material de limpieza. Si gastamos en otra cosa, nos pueden glosar”, dice Verónica Vite, compañera de Conforme.

La directora provincial de Educación, Iliana Chiriboga, reconoce que hace falta invertir en infraestructura educativa. Por eso se trabaja en un diagnóstico para conocer el estado de las escuelas y el número de aulas que se necesita para cubrir el déficit.

Desde la semana anterior, la institución inició el mejoramiento de 20 centros educativos, en el casco urbano de la ciudad. Se invierten USD 580 000.

Entre los planteles intervenidos consta la Escuela Leonidas Gruezo, en la isla Luis Vargas Torres, frente a la ciudad. Ahí se está cambiando el techo.

Marcela Obregón, madre de familia de esta última institución, dice que en lugar de hacer ese trabajo se debió invertir en el cambio de toda la infraestructura. La que funciona actualmente se construyó hace 31 años y no es suficiente para los 417 alumnos.

Su hija, Jeniffer Solís, debe cruzar los charcos de agua y el lodo que se forman con las lluvias para llegar a la escuela. El centro de educación se encuentra en la zona baja de Esmeraldas, cerca del río del mismo nombre.

Cuando este se desborda, llega hasta el plantel. “En invierno llegamos descalzos y con los zapatos en la mano”, dice Solís, de 12 años. Ella es una de los 185 367 estudiantes que hay en la provincia.

Chiriboga señala que no se puede hacer mucho porque falta dinero para atender a todas las escuelas. Por eso algunos directores optan por pedir cuotas a los padres de familia para resolver los problemas más urgentes.

Pero los aportes económicos están prohibidos, conforme lo establecido en la nueva Ley de Educación. Y las autoridades hacen controles para evitar que se cobre a los padres de familia.

“Nos impiden recolectar fondos, pero no nos dan una alternativa. Qué tipo de gestión es esa”, dice un director que pidió la reserva para no ser sancionado.

Nevis Díaz, supervisor de la parroquia de Viche, asegura que solo en el cantón Quinindé se necesitan 150 nuevas aulas escolares porque se aumentaron los grados. Hasta el año anterior eran responsables hasta el séptimo año. Ahora hasta el décimo.

El mismo problema se reproduce en las escuelas del centro de la ciudad de Esmeraldas. Una de ella es la República del Ecuador, del barrio El Arenal.

Ahí no hay espacio para los 280 niños que se inscribieron para el nuevo ciclo lectivo y la infraestructura está deteriorada.

La jefa de supervisión de Educación, Noemí Rubio, asegura que no hay un diagnóstico que determine cuántas aulas se necesitan para atender la demanda de estudiantes en la provincia. El informe de daños que impulsa el Ministerio de Educación aún no tiene fecha definida de entrega.


La intervención

La Dirección de Educación de Esmeraldas repara los locales de las escuelas Juan Montalvo, 5 de Agosto, María Angélica Idrobo y jardín María Montessori.

También se hacen arreglos en los colegios Eloy Alfaro, Margarita Cortés, Leonidas Gruezo. Las obras están a cargo de la coordinación zonal del Ministerio de Educación.

Unos 156 maestros que están en la ciudad de Esmeraldas, que no tienen carga horaria, serán redistribuidos a las escuelas del sector rural. Se contratarán 1 000 maestros para este año.

En el valle de San Rafael, sur de Esmeraldas, la Empresa Pública Petroecuador repara y construye aulas en 25 escuelas

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