miércoles, 14 de marzo de 2012

Esmeraldas, semiaislada por destrozos en un tramo de carretera que va a Quinindé

EL UNIVERSO
Manuel Toro | QUININDÉ, Esmeraldas 

La capital esmeraldeña y el cantón Quinindé fueron duramente golpeados ayer por la fuerza del invierno, a tal punto que el deslizamiento de un cerro en el sector El Achiote, cerca de la parroquia Viche, despedazó un tramo de la vía que comunica a la mayor parte de esta provincia con Quito y Santo Domingo.

El gobernador de esta provincia, Lenin Lara, dispuso la movilización inmediata a la zona de toda la maquinaria del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. “Esto es terrible, la capa asfáltica se ha levantado completamente, el agua del río Quinindé se la escucha rugir debajo de la carretera y el cerro se sigue deslizando”, dijo Dolores Villegas, moradora.

Largas colas de vehículos quedaron a ambos lados del tramo afectado y, según las autoridades, la reparación tardará.

Como alternativa, quienes viajen desde Quito deben tomar la ruta Ibarra-San Lorenzo, mientras desde Santo Domingo, por la ruta El Carmen-Pedernales-Atacames, o Quinindé-Pedernales.

Las unidades de socorro del Cuerpo de Bomberos de Viche y Quinindé no se daban abasto para atender las llamadas de emergencia, pues el río Quinindé aumentó por lo menos 6 metros su caudal normal.

Hay decenas de pequeños poblados inundados, según reportó la Sala Situacional del COE de Quinindé que pidió ayuda de emergencia a Esmeraldas. En este cantón por lo menos 70 comunidades están aisladas desde el pasado fin de semana, lo que obligó al Comité de Operaciones Emergentes de este cantón a declarar la emergencia.

Manuel Casanova, alcalde de Quinindé, dijo que con esa declaratoria se podrían canalizar los recursos para por lo menos reconstruir los seis puentes que se han visto afectados por el desbordamiento de esteros.

Pero los efectos de las lluvias también se sintieron, y muy fuertes, en la capital provincial. Un torrencial aguacero que cayó desde las 01:00 de ayer, provocó que un riachuelo se salga de su cauce y provoque daños en el barrio La Guacharaca. 

La situación en este barrio se complicó porque existe un peligroso y empinado cerro llamado El Gatazo, desde donde se desliza material lodoso.

Una tubería de agua potable 900 milímetros estaba ayer a punto de partirse, debido a que en el terreno donde está asentada se formó un hueco de 20 metros de largo y cinco de profundidad, lo que prácticamente dejó en el aire el acueducto.

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