jueves, 15 de marzo de 2012

El paso a Esmeraldas sigue cerrado

EL COMERCIO
Los trabajos de rehabilitación de la vía Esmeraldas-Quinindé, en el kilómetro 29, tardarán ocho días. Lo confirmaron ayer los técnicos de la compañía Caminosca. La firma es la encargada de fiscalizar la ampliación de esa vía. Es la principal que conduce a las playas de la ‘Provincia Verde’, frecuentadas por los turistas, especialmente de Quito. Un tramo de la carretera de 150 metros está dañado desde las 14:00 del lunes. Entonces se produjo un deslizamiento de 200 000 metros cúbicos de tierra. Bajaron de una pendiente de 600 metros de altura. Hasta la tarde del lunes la tierra no había bajado en su totalidad. Con las fuertes lluvias de la noche del martes, el lodo terminó de llevarse la carpeta asfáltica del lugar. El material llegó hasta el río Caple, que está en la parte baja de la elevación montañosa. Lo taponó parcialmente. Los obreros de la empresa Herdoíza Crespo están al mando de la limpieza de la carretera y su rehabilitación. Se retiró la tierra que bajó con el apoyo de 20 obreros. Ellos usaron 20 volquetas, cuatro retroexcavadoras y dos cargadoras para trasladar el material a una zona cercana segura. El director provincial de Obras Públicas, Eduardo Ortega, dijo que la vía podría estar habilitada, al menos de forma parcial, el próximo sábado. “Eso dependerá del estado del tiempo”. En la zona llueve constantemente. Precisamente, la acumulación del agua en la parte alta de la montaña hizo que la tierra cediera. Ayer, decenas de personas intentaron pasar a pie por el tramo dañado. Ellas trataban de llegar a Esmeraldas. Muchos lo hicieron descalzos; pisando el lodo y con las maletas al hombro, para no averiar el calzado que tenían. Una de ellas fue Ana Restrepo, quien iba de paseo a Esmeraldas, acompañada de 15 amigos. “Venimos desde Bogotá a pasar vacaciones en Atacames. No nos enteramos a tiempo del problema, pero a esta altura no podemos regresar. Vamos a llegar como sea”. Para avanzar con los trabajos, la vía fue cerrada en un perímetro de un kilómetro. 16 policías y un grupo de militares se encargaron de frenar el paso de los vehículos a la altura Cupa, a 10 minutos de la zona afectada. Los conductores deben tomar las vías Quito-Santo Domingo-Pedernales y Quito-Ibarra- San Lorenzo para llegar. Los vendedores aprovecharon para ofrecer naranjas, mangos y agua helada. El sol arremetió ayer por la mañana en la zona. Otros comerciantes montaron pequeños puestos de venta de comida para personas que se arriesgaban a llegar a la zona, pero no los fue como esperaban. Paola Cheme, de 15 años, dijo que el cierre de la vía afectará su negocio. Hasta las 10:00 de ayer había comercializado tres fundas de naranjas en USD 1. Pero en días normales, a esa hora, logra en promedio USD 15. “Esperamos que la vía sea rehabilitada de inmediato porque las familias de Cupa, Achiote y Viche, vivimos de la venta de frutas. Nuestros clientes son las personas que pasan por la vía y se detienen a comprar”. A 100 metros del daño, José Zapata pedía a los policías que le dieran paso. Había cosechado un saco de yucas para venderlo en Viche. El trabajo de la Policía fue intenso. Desde Quinindé hasta le sector del Achiote, y desde Viche a ese mismo lugar, unas 15 tricimotos ayudaron haciendo trasbordos. Los pasajeros denunciaron que, debido a los cambios de rutas de los buses de transporte interprovincial, se incrementaron los pasajes hasta en un 35%. Un conductor dijo que el costo se justificaba porque debían emplear más gasolina y tiempo en rodear la provincia y llegar a la capital. Al cierre de esta edición, la Policía fue alertada sobre otros dos derrumbes cerca de Viche.   Testimonios   Alejandro Valencia  Agricultor  ‘No pondré  los productos a la venta’ Vendo yucas y maracuyá todos los  fines de semana en Viche. Con el mal estado de la vía puedo perder la venta de mis productos, porque no puedo llevarlos al mercado. Ahí pagan mejor, pero  cómo ahora no tengo transporte la situación se complica.  Al principio pensé que el derrumbe era cosa momentánea, pero a la luz de la realidad creo que no pondré  los productos a la venta. Pagar un cargador o una camioneta no resulta rentable porque no me queda nada de ganancia.   José Meza Comerciante  ‘Nos hace perder clientes y dinero’ Cuando llegué al lugar del derrumbe pensé pasar al otro lado caminando y luego tomar una moto. Pero  en el sitio, la tierra se movió. El trabajo de las máquinas, más el sonido de agua que corría por debajo del asfalto destruido me provocaron pánico y opté por no pasar. Muchos de nosotros, dedicados al comercio, estamos  afectados porque no cumplimos a tiempo con los envíos . Eso nos hace perder clientes y dinero. Espero que las autoridades lo entiendan y reparen pronto la vía.   María Lajones Pobladora  ‘Trabajos de limpieza deben ser ágiles’ Las personas que vivimos cerca del derrumbe estamos con miedo porque la tierra quedó resentida y en cualquier momento puede producirse otro derrumbe. Qué tal si por desgracia ocurre cuando nuestros niños están caminando a la escuela o tienen que salir a clases. Además, los trabajos de limpieza deben ser ágiles porque de lo contrario se va a taponar  río Caple, que rodea a la comunidad de Chucaple. Su desbordamiento provocaría la inundación de los cultivos  y casas cercanas. 

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