Lo que llamó la atención a los pasajeros afectados es que poco antes de salir desde Manta, a las 22h00 del sábado, una señora que por seguridad pidió guardar su identidad, alertó al guardia de la empresa sobre la presencia de cinco sospechosos que habían comprado boletos; incluso como no le tomaron importancia a la advertencia la señora pidió a la oficinista que le devuelvan el pasaje para evitarse complicaciones, pero tampoco le aceptaron esa solicitud. Contó la angustiada mujer que en Portoviejo aprovechó que la Esmeraldas se estacionó para simular que iba al baño y alertar a un policía, si bien el gendarme subió a la unidad éste revisó a varios pasajeros y no así a los cinco hombres que ella le había señalado.
La señora contó que no le quedó más que esconder sus pertenencias de valor y quince minutos después de haber cruzado por La Crespa, en la vía Flavio Alfaro – El Carmen, su intuición se hizo realidad, pues uno de los delincuentes ingresó a la cabina del chofer para someterlos y los otro cuatro empezaron a desvalijar a los pasajeros, con amenazas de muerte si intentaban reaccionar.
De apoco los antisociales fueron quitando las pertenencias y dinero de los pasajeros; a varios de ellos los dejaron sin zapatos; Edgar Borja fue uno de los más perjudicados pues los ladrones se le llevaron un computador portátil, dinero y documentos; el perjudicado contó que ese tipo de cosas los había visto en películas y en la televisión, pero nunca se imaginó vivirlo en carne propia.
15 minutos llevaban los delincuentes asaltando a los ocupantes de la Esmeraldas cuando se encontraron con un deslave que recién había taponado la vía, por lo que optaron por huir antes que se aglomeraran otros vehículos y pudieran ser atrapados; “el derrumbe impidió que nos hicieran peor cosa y tengo tanto miedo que nunca más viajo”, manifestó una de las señoras perjudicada.
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