miércoles, 22 de septiembre de 2010

Docentes impagos dicen vivir de la caridad de padres de familia


EL UNIVERSO

“Ya no soporto esta situación. Los padres de familia me piden que no abandone la escuela, me regalan arroz que ellos siembran, me dan zapallo, plátano, de esa manera estoy subsistiendo”, dice angustiada Edith Figueroa, profesora de la escuela Gil Quiñónez, del recinto Colorado Turbio, perteneciente al cantón Quinindé, al salir ayer de la Dirección de Educación de Esmeraldas, adonde acudió para averiguar cuándo le iban a pagar los nueve meses de sueldo que le adeudan.

La educadora, de 43 años, había cabalgado cuatro horas a caballo, caminó otras cuatro, y viajó en bus otras dos horas para llegar a la dependencia, donde no obtuvo respuesta satisfactoria. “Aquí no me dicen nada, los padres de los alumnos reunieron $ 10 para que viaje acá y ya me quedé sin dinero”, lamenta, al tanto que –desconcertada– descansa en una banca de madera ubicada en las calles Eloy Alfaro y Ricaurte. Junto a la Dirección.

Figueroa, maestra de una escuela unidocente, integra un grupo de unos 1.200 docentes contratados que no reciben sus haberes desde hace nueve meses, por lo que viven días de angustia, que se sostienen de donativos de padres de familia.

Esta situación se repite con 463 profesores alfabetizadores de la provincia de Los Ríos y con al menos dos mil que en abril pasado fueron contratados en Manabí por la Dirección Nacional de Educadores Populares Permanentes (Dinepp).

Everest Quiñónez, profesora de la escuela Padre Aurelio Elías Mera, de la parroquia La Tola, cantón Eloy Alfaro (Esmeraldas), en la zona fronteriza con Colombia, dice que siente que vive en la época de la esclavitud. “Nos hacen trabajar, nos exigen cada día prepararnos más, pero no nos pagan; el año pasado me pagaron en agosto todo un año de trabajo y debía cobrar $ 2.900 según mi liquidación, pero solo me pagaron $ 1.300. No sé dónde está el resto de mi sueldo”, expresa.

Asegura que gracias a la compasión de los padres de familia, ella y sus compañeras aún continúan dando clases. “Los padres de familia nos ayudan para los pasajes, son ellos los que están pagando y pensar que todos los sábados el Presidente (Rafael Correa) dice que la educación es gratuita”, fustiga y confiesa que algunos de sus colegas han recurrido a chulqueros.

Silvio Burbano, presidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE), núcleo de Esmeraldas, criticó la “incapacidad y corrupción en la Dirección de Educación de Esmeraldas”. “Es increíble. Aquí en la ciudad de Esmeraldas en la escuela Tácito Ortiz hay tres maestras a quienes los padres de familia les pagan, porque la Dirección contrató a tres bachilleres que nunca fueron a trabajar y, sin embargo, el pago para ellos ya está listo”, cuestiona.

Justifica las protestas que han protagonizado los profesores desde inicios de este mes ante la falta de pago y denunció la supuesta “inflación” en las nóminas de educadores contratados. “Hemos tenido cuatro directores de Educación de Alianza PAIS y cada uno ha inflado la nómina de contratados, todos son de ese movimiento. Esto es un acto de corrupción”, dijo.

El incumplimiento en el pago a los profesores se evidencia también en Rioverde, Atacames, Muisne, entre otros cantones esmeraldeños. Recientemente, indica Alfredo Banguera, director provincial de Educación, se cancelaron sueldos atrasados a 1.110 docentes, pero faltan unos 800, afirmó.

Banguera aseguró ayer que seis funcionarios del Ministerio llegaron desde Quito para revisar los contratos “uno a uno” y así detectar posibles irregularidades. Proyectó que en 15 días se podría pagar la deuda a los docentes, al tanto que desestimó los señalamientos de la UNE. Dijo que esa dirigencia busca protagonismo político.

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