miércoles, 17 de agosto de 2011

¡Quinindé no soportó la violación y muerte de niña!

Los criminales primero pidieron 200 dólares para liberarla, pero no acudieron a recoger el dinero.


Geovanny Pañora, Quinindé

Sus padres no lo podían creer. La última vez que vieron con vida a su hija, de nueve años, fue la noche del sábado, cuando la dejaron encargada en la casa de una tía para poder asistir a una fiesta dominical.
La pesadilla comenzó cuando el esposo de la mujer que cuidaba a la menor de edad llegó a la casa la madrugada del domingo. Al despertar a su mujer para que le sirviera algo de comida, los familiares se dieron cuenta de que la niña no estaba en la cama. Los demás chicos que dormían en el mismo cuarto también despertaron asustados ante la incertidumbre de no saber nada de su prima.
Los allegados decidieron avisar a sus progenitores, quienes inclusive regresaron a su vivienda porque pensaron que ella decidió regresar a su hogar, pero no tuvieron suerte. Inmediatamente acudieron a la Unidad de Policía Comunitaria del sector para denunciar la desaparición de la niña, pero los gendarmes indicaron que primero debían buscar bien y si después de 24 horas no aparecía, pongan la denuncia.
Entonces se retiraron del lugar y optaron por sacar varias copias de una foto de la pequeña para pegarlas en las paredes de la ciudad. Mientras tanto, los moradores del sector emprendieron la búsqueda por su cuenta y fue así que a las 04:40 del martes unos pescadores vieron el cuerpo de una niña que bajaba por el río del sector y comunicaron a la Policía.
Los familiares se trasladaron hasta el lugar y constataron de que se trataba de la menor. El cadáver fue trasladado hasta la morgue del Cementerio Municipal de Quinindé, donde el doctor César Escobar comprobó que la víctima fue salvajemente violada, asfixiada y después arrojada al río.
El cadáver fue llevado en una ambulancia del Cuerpo de Bomberos hasta su domicilio, donde fue velada por sus seres queridos.

¿SECUESTRO?
Según el papá de la víctima, a las once de la mañana del domingo llamaron al teléfono convencional de la casa de la tía para decirles que la niña estaba secuestrada, que no avisaran a las autoridades y que pagaran 200 dólares para rescatarla. Horas después se comunicaron nuevamente para decirles que la pequeña estaba en Guayaquil, pero que el dinero tenían que pagarlo en Muisne (Esmeraldas) a un niño.
El progenitor reunió el dinero y se trasladó hasta el cantón antes mencionado, pero no contactó a ese menor, por lo que regresó a seguir buscando a su hija.
La comunidad está consternada y anuncia que si encuentran a los asesinos harán justicia con sus propias manos.

MARCHA POR LA PAZ
Quinindé se paralizó ayer y pidió un minuto de silencio por las personas asesinadas en este cantón. La marcha por la paz y seguridad fue convocada por el Consejo de Seguridad de Quinindé, a la cual asistieron autoridades y dirigentes de colegios y escuelas, además de público en general. “No más muertos, no más sangre, no más inseguridad, los buenos somos más y queremos paz”, fue el pedido de los pobladores.

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