miércoles, 24 de agosto de 2011

EDITORIAL

Por: Manuel Ignacio Gómez Lecaromanueligomez@yahoo.com |

El que no debe ser nombrado


Esto que escribo aquí no es todo lo que quiero decir. Es la versión editada, corregida, autocensurada acorde a estos tiempos de la revolución de la propaganda mentirosa, el insulto público y los juicios.

Nos vamos acostumbrando a omitir nombres, eliminar adjetivos, impersonalizar. Decimos, a veces, la mitad de lo que queremos decir. Al escribir, por ejemplo, que alguien “falta a la verdad” en realidad quiero hablar de cinismo, mentiras, manipulación. Palabras como “sinvergüenza” quedan afuera, aunque sea la más precisa para describir a alguien, no vaya a ser que caiga una demanda. Otras ocasiones, toca usar la ironía. Si hablamos de ese maravilloso, democrático y tolerante funcionario que sí sabe hacer su trabajo, en realidad queremos decir todo lo contrario.

Lord Voldemort, antagonista principal de la serie de Harry Potter, es tan temido que se refieren a él como “tú ya sabes quién” o “el que no debe ser nombrado”. Aquí también, en artículos, entrevistas y redes sociales, muchos prefieren ni nombrar a tú ya sabes quién, o prefieren ponerle otros nombres. Es una forma de protegerse.

Ahora resulta que el término “fascista” te podría llevar tras las rejas. Emilio Palacio tiene que enfrentar otra demanda por injurias por utilizarlo contra el canal público Ecuador TV. Por lo visto, el abuso y absurdo jurídico iniciado por Correa y su abogado son contagiosos.

Un fascista, en términos generales, es alguien autoritario. Si queremos ir más allá, sería alguien que apoya el fascismo; es decir, un sistema totalitario, nacionalista, violento, respaldado por un poderoso aparato propagandístico, entre otras características. Es un término fuerte, pero demandar porque te lo digan es un disparate, sobre todo viniendo de una institución pública.

Si la multimillonaria demanda de Correa contra Palacio y este Diario por lo que decía un artículo de opinión ya era una demostración de lo lejos que puede llegar el abuso “legal” de este Gobierno, la demanda de Ecuador TV lleva el absurdo a nuevos y vergonzosos niveles. Como escribió alguien en Twitter: “Hay que ser muy fascista para demandar a alguien por decirte fascista”.

El ridículo y abuso no tiene límite en este Gobierno. Si un juez –de los veloces, de los panas de las farras o cualquiera de esos afines al Gobierno– acepta esta nueva demanda contra Palacio, propongo sincerar de una vez por todas la supuesta reforma a la justicia. Ir de frente y sin amagues, despidiendo a todos los jueces y cerrando todas las cortes para que los casos se resuelvan directamente en Carondelet.

Las vacaciones que nos dio Correa estas dos semanas nos vinieron muy bien. Descansamos de la insultadera, de las ironías, de las faltas a la verdad. Pero otros se encargaron de ocupar su lugar, con esta nueva demanda; o con cuentos de que no somos amigos, que casi ni nos conocemos; o con la defensa a tiranos como Gadafi.

El que no debe ser nombrado está presente aunque no esté. Su espíritu y sus prácticas se multiplican en otros. No lo hacen tan bien como él, pero lo intentan. Este maravilloso, brillante y tolerante presidente que nos gobierna con tanta sabiduría se ve reflejado en quienes caminan a su lado.

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