lunes, 15 de agosto de 2011

Madre y sus tres hijos mueren envenenados

Pesticida con yogurt fue el veneno que utilizó Johana Navarrete Arteaga (34 años de edad), para quitarle la vida a sus tres hijos y luego auto eliminarse, en la parroquia Valle Hermoso, en Santo Domingo de los Tsáchilas.

El percance ocurrió la tarde del domingo, luego que la madre y sus hijos JM de 10 años de edad, JC de 8 años y MG de 6 años, se encontraban reunidos en su hogar.  Ella  regresó de la granja de pollos en donde se encontró con su esposo Carlos Rosado (29 años), trabajando.

Luego cerró las puertas y obligó a sus hijos a tomar el veneno e incluso a su hija de 10 años de edad, la habría golpeado en los brazos y el tórax. Una vecina encontró a los niños en el piso y a uno aún con vida y por ello pidió auxilio.

Aunque a la menor se la ingresó a emergencia del hospital Gustavo Domínguez, falleció, mientras Livorio Navarrete, hermano de Johana, dijo que al parecer hubo una discusión con su cónyuge. La Policía de Criminalística también investiga si la víctima tenía problemas sicológicos.

Los cuatro cadáveres fueron trasladados por sus familiares hasta el recinto San Ramón, en el cantón Quinindé (Esmeraldas), en donde residían y hace cinco años se trasladaron a trabajar en la provincia Tsáchila.

Protestan por asesinato y robo

Moradores del recinto Zapallo, en Quinindé (Esmeraldas), protestaron con el cierre de vías por el asesinato de  una anciana por delincuentes a quien le robaron $1 000 de su vivienda. Reclaman incremento de policías para los UPC de la zona rural lo que generó altercados con Byron Fernández, jefe cantonal de la Policía, quien exigió deponer la medida.

Decomisan cocaína en bus de pasajeros

Dos kilos de base cocaína embalado en cajas de frutas fue encontrado por la Policía, en una  de las bodegas de un bus de la cooperativa de pasajeros que cubría la ruta Las Golondrinas – Quito. Byron Fernández, jefe cantonal  de la Policía de Quinindé, dijo que nadie de los viajeros se atribuyó la carga pero fueron llevados a interrogatorio.
 

Luto por la muerte de madre y sus tres niños

MANUEL TORO | QUININDÉ, Esmeraldas
Los habitantes del recinto San Ramón, una pequeña comunidad rural del cantón Quinindé, paralizaron ayer sus actividades porque estaban de luto.

Unos vestidos de negro, otros de medio duelo se congregaron en la única capilla del lugar para recibir los cuerpos de Juanita Margot Navarrete Arteaga, de 30 años, y de sus tres hijos: Narcisa Mercedes, de 10; Juan Carlos, de 8; y Miguel Ángel Rosado Navarrete, de 6. Todos fallecieron el pasado domingo por envenenamiento, aparentemente ejecutado por la mujer.

Eran las 12:40 de ayer, cuando un camión llegó a San Ramón desde Santo Domingo de los Tsáchilas con los cuatro cuerpos, donde se les había practicado la autopsia después de la tragedia, que fue descubierta a las 12:00 del domingo en el recinto San Eduardo, parroquia Valle Hermoso, La Concordia.

Hasta ayer se desconocía qué habría motivado a Johana Navarrete a tomar la decisión de ingerir veneno mezclado con yogurt, que también dio de beber a los tres menores que había procreado con Carlos Manuel Rosado, de 29 años.

Los vecinos comentaron que aparentemente todo era normal en casa de los Rosado Navarrete, quienes en San Eduardo se dedicaban a la cría y venta de pollos. Es más, el día de la tragedia vieron a los cinco salir hacia el centro del poblado con una carga para la venta.

Eran las 11:30, cuando Juanita Navarrete y sus hijos regresaron a la casa. Se encerraron y no se supo más. Media hora después llegó Rosado, quien habría encontrado a su esposa e hijos juntos en una cama: los varones estaban muertos, la niña mayor intentó decir algo, pero murió enseguida; unos cinco minutos después lo hizo Juanita.

Según familiares de los fallecidos, la muerte se produjo por envenenamiento con insecticida mezclado con yogurt. Eso indicaba el reporte de autopsia. Elías Navarrete, padre de la fallecida, no lograba entender qué llevaría a su hija a tomar la decisión. “Estaba tranquila, yo estuve con ella desde el viernes hasta el domingo a las siete de la mañana en que me vine”, decía ayer el padre y abuelo de las víctimas, quien recordaba que el sábado pasado él, su hija y los niños estuvieron en Santo Domingo de compras y aparentemente todo estaba normal.

“Ella no me dijo nunca que tenía problemas, incluso el domingo que me vine, me preparó el desayuno y nos despedimos todo normal”, recordaba Navarrete, mientras la capilla de San Ramón quedaba pequeña ante la presencia de decenas de personas que acudían a la misa.

“Aparentemente todo estaba bien, mi padre estuvo con mi hermana tres horas antes de que ella se suicidara y no sabemos qué pasó, no tenemos idea alguna de por qué mi hermana hizo eso”, decía, notoriamente afectada, Elvira Navarrete.

Después de la misa de cuerpo presente, ayer, en el pequeño cementerio de San Ramón, se excavó una fosa grande para sepultar a los cuatro cuerpos juntos. Carlos Rosado, esposo de la fallecida y padre de los niños, también estuvo en el lugar. Lloroso, aseguraba desconocer qué había pasado; aunque se barajan varias hipótesis y una es que antes hubo una discusión entre la pareja, lo que llevó a la mujer a tomar la trágica decisión.

Familia tranquila

César Pilamunga, presidente de la comunidad de San Ramón, comentó que Elías Navarrete, padre de la fallecida, es un viejo habitante del recinto y que estaba radicado en el lugar hace más de 30 años, cuando llegó procedente de Manabí. A Juanita Navarrete la conocían como una mujer tranquila y que aparentemente no tenía problemas, por eso el deceso múltiple los ha afectado.


 

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