Sigifredo Quiñónez estaba conmovido. En menos de 20 minutos se robaron su motocicleta. Recuerda que a las 06:15 del 1 de enero, la parqueó frente al hospital de Esmeraldas. Desde entonces no la ha vuelto a ver.
“El robo de motocicletas es común en Esmeraldas”, dice resignado. De acuerdo con las estadísticas de la Policía, este es uno de los delitos más comunes en la ciudad. En 2009, se sustrajeron 113 motos de las vías. Esa cifra es superior al número de vehículos robados en el mismo período, 66.
Por esta razón, la Policía reforzó los operativos en las principales calles y avenidas de Esmeraldas. Desde el lunes en la mañana, una veintena de uniformados, vestidos de camuflaje, colocaron conos color naranja en el redondel de El Bananero, en el sur.
Los transeúntes se sorprendieron con el improvisado puesto de control. Los agentes ordenaban a los conductores de automóviles y de motociclistas a detenerse. Solicitaban los papeles, revisaban a los pasajeros y arrancaban las películas polarizadas de los parabrisas de los vehículos. En pocos minutos, se formó una larga fila de automotores que utilizan esa estratégica vía.
El subteniente Hernando Jarrín, jefe del operativo, supervisaba la verificación de las licencias y de las matrículas. No todos tenían todos sus documentos en regla. En menos de una hora, cuatro motos fueron retenidas, hasta que sus propietarios traigan los documentos respectivos.
En la ‘Provincia Verde’, la circulación de motos ha aumentado, principalmente, en los cantones Quinindé, La Concordia y Esmeraldas. Los usuarios prefieren las motos porque consumen poco combustible y facilitan la movilización por las zonas caóticas. Según un agente de la Policía Judicial, que prefirió el anonimato, los ladrones de motos buscan marcas conocidas.
Cecilia Cedeño, una vecina del barrio San Martín de Porres Alto, se detuvo para observar el operativo. “Ojalá los controles continúen y se extiendan hasta los sectores marginales, como mi barrio. Siempre se vigila solo en el centro”, comentó
“Hasta el momento, hemos detenidos más de 50 motos”, aseguró Fausto Tamayo, comandante de Policía de Esmeraldas. Un análisis de criminalística les permitió establecer que muchos delitos se realizan desde una motocicleta.
“Nos han indicado que prestamistas de dinero y sicarios usan estos vehículos. Es por ello, que hacia allá hemos enfocado nuestros operativos, como parte de la emergencia vigente”. Hasta ayer, la Policía Judicial registró dos denuncias de robo de motocicletas y cinco de carros.
No todos denuncian. Quiñónez, por ejemplo, prefirió no acudir a las oficinas de la Policía. “Tengo información de que mi moto está circulando en Pedernales. En la provincia de Manabí”.
En un estudio presentado hace pocas semanas por las autoridades policiales, se determina que Esmeraldas es la provincia más violenta de la frontera norte. En el año pasado subieron los robos a mano armada, los asesinatos y las extorsiones.
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