domingo, 8 de noviembre de 2009

San Martín de Porres, el santo negro, fue venerado en el norte de Esmeraldas







ESMERALDAS NEWS

Las flores, la marimba, el cununo, el guazá, los arrullos, las décimas son parte de una tradición en la zona norte que de lo ancestral ha pasado a lo religioso en los últimos años. En Borbón, Maldonado, Anchayacu, Wimbí, Wimbicito y otras comunidades, se realizó una procesión acuática para la adoración al santo negro, San Martín de Porres.


Los habitantes de más de veinte comunidades de los cantones Eloy Alfaro y San Lorenzo participan año a año en la fiesta de celebración de San Martín de Porres, conocido como el santo negro. La veneración a este santo, nacido en Lima, Perú, viene desde hace aproximadamente unos 25 años atrás, según recuerda Alcira Rescos, coordinadora de la comisión de festejos de este año.
En Limones, dicen que se le atribuye a un milagro la veneración a San Martín de Porres, pues, hace aproximadamente 25 años atrás, una mujer que viajaba desde Tumaco, Colombia hacia Limones, quedó a la deriva en alta mar, cuando la embarcación en la que se trasladaba naufragó.

Ella logró sujetarse a un bidón vacío y al tronco de un árbol y así permaneció algunos días hasta que las corrientes la llevaron hasta la isla de Limones, en el puerto de Canchimalero.
Cuando la encontraron estaba desmayada, casi al borde de la muerte abrazada al bidón con un brazo y en el otro tenía la figura del santo. Ella fue quien les habló a los pobladores de Limones sobre el santo que traía en sus manos.
El hecho de que esta mujer se salvara se le atribuye a un milagro, ella fue la pionera en la realización de las ceremonias de agradecimiento y de veneración a San Martín, la misma que en un inicio se focalizaron únicamente a Limones y Canchimalero, y de a poco se fueron extendiendo a otras comunidades de la zona norte.
La mujer llegó y al poco tiempo falleció, pero la tradición continúo. Limones es una isla habitada principalmente por pescadores, pero la ceremonia de adoración al santo no está limitada a ellos sino enraizada en toda la comunidad.

De hecho, el pasado 3 de noviembre, el Municipio y la Iglesia de Esmeraldas prepararon un extenso programa de celebraciones que tuvo como acto central la realización de una misa campal en el centro del caserío de Canchimalero.
Ese día, decenas de embarcaciones, adornadas con flores, hojas de palma, frutas y entonando cánticos autóctonos, llegaron a Limones para iniciar una peregrinación por el agua llevando la imagen del santo negro desde Limones hacia Canchimalero, llegaron desde sectores tan distantes como Maldonado, Borbón, La Tola, Tolita – Pampa de Oro, Tambillo, Pampanal, Santa Rosa, El bajito y otras.



Pese a que la distancia es muy corta, entre Limones y Canchimalero, la procesión acuática demoró más de una hora ya que las embarcaciones recorrieron el perfil costanero en medio de cánticos y adoraciones.
La misa se la hizo en el centro del poblado y la ofició el Obispo de Esmeraldas, monseñor Eugenio Arellano Fernández. Luego se continuó con los cánticos, los chigualos, los arrullos y las décimas.
En la noche, cientos de personas se quedaron en Canchimalero a rezar el rosario a las 12 de la noche, otros se fueron a Limones donde se vivió una fiesta que incluyeron juegos, décimas, bailes y festival de comida.
Los viejos de las comunidades volvieron a recordar su infancia, se organizaron juegos de rayuela, comida de la piola, el salto de la cuerda, carreras de ensacados, trompos y bolichas.
Una de las embarcaciones más esperadas para la celebración fue la que llegó desde Borbón. La adornaron los habitantes de este poblado y en ella la atracción fue la participación de Papá Roncón uno de los máximos exponentes del folklore de Esmeraldas.

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