Por: Guillermo Muñoz Tamayo
Taxis amarillos o convencionales y los ejecutivos o perfumados sin acuerdo en la distribución de nuevos los cupos operacionales autorizados por el Consejo Nacional de Tránsito.
En un ambiente hostil los dirigentes del taxismo de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, están obligados a dialogar: primero, para armonizar las relaciones de la clase y superar la negativa que siempre existió por parte de los taxistas amarillos o convencionales, legalmente constituidos, al no estar de acuerdo con la actividad ilegal de los taxis ejecutivos, y segundo, para definir la pre asignación de los nuevos cupos operacionales autorizados por el Consejo Nacional de Tránsito en un número aún no aceptado, de 263 para los amarillos y de 222 cupos para los ejecutivos, tema que está en disputa.
El presidente de la Unión Provincial de Taxis de Santo Domingo de los Tsáchilas, Fausto Mera, de manera categórica, dijo: que la organización tiene un 53% de los 485 cupos disponibles, entendiéndose que el otro 47% le correspondería a los taxis ejecutivos; y aseguró, basado en la reunión sostenida en la ciudad de Quito con la dirigencia nacional de la Fedetaxis, a través de su titular, Jorge Calderón, quien anunció oficialmente, los porcentajes de distribución de los cupos técnicamente establecidos por la empresa Vera y Asociados, bajo un estudio de servicio de taxis, realizado en 30 ciudades del país.
Además, en aquella reunión, también estuvo presente el presidente ejecutivo del Consejo Nacional de Tránsito, Ricardo Antón, dijo Fausto Mera, aseverando su declaración, ante la posición y reacción de los dirigentes de los taxis ejecutivos, quienes señalaban todo lo contrario, afirmando que los cupos son de exclusivo destino para los ejecutivos y no para los amarillos.
La postura de los dirigentes de ambos sectores, no permitió alcanzar un acuerdo preliminar, lo que obligó a buscar solución en la ciudad de Quito ante las autoridades centrales y la participación de la dirigencia nacional del taxismo.
El tema es complejo, porque los taxistas convencionales o amarillos, se sienten burlados y perjudicados, producto del irrespeto a la ley; mientras que los ejecutivos defienden el derecho constitucional al trabajo, pidiendo se les permita legalizar su actividad de servicio público.
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