martes, 1 de diciembre de 2009

Ecuatorianos pagan la factura del conflicto colombiano




Por Santiago Piedra (AFP)

TOBAR DONOSO, Ecuador — Una carretera aliviaría las penurias en Tobar Donoso, una apartada aldea ecuatoriana en la frontera con Colombia, pero para las autoridades es impensable porque alentaría aún más a los irregulares colombianos que azotan por igual a campesinos de ambos países.

Levantado a orillas del río San Juan, este poblado de 35 casas en la provincia de Carchi (norte de Ecuador) es uno de varios puntos limítrofes ecuatorianos que carece de todo y que, para colmo de males, sufre los rigores de un conflicto ajeno alimentado por el narcotráfico.

La penetración de guerrilleros izquierdistas y paramilitares de ultraderecha es tal que una vía para sus pobladores "es inimaginable por seguridad", asegura un jefe militar de esta región costera del Pacífico, que pide la reserva de su nombre.

"Una carretera es sinónimo de desarrollo, pero podría servir a los grupos ilegales colombianos para facilitar sus operaciones", sostiene.

Raúl Chiriboga, gobernador de la provincia vecina de Esmeraldas, cuenta que las amenazas obligaron a habitantes de la zona a convertirse en informantes de los ejércitos irregulares, obligando a reajustar las tácticas de seguridad sobre todo en sitios alejados, donde la gente apenas sobrevive.

"El modelo colombiano de la violencia es palpable en Esmeraldas. El sicariato, las 'vacunas' (extorsiones) y ajustes de cuentas aparecieron como azotes a pretexto de la guerrilla y los Águilas Negras (facción paramilitar)", dice el funcionario.

Moradores como Manuel Rodríguez culpan de esa situación a los políticos que "sólo se acuerdan" de las comunidades cuando hay elecciones.

"Saltamos a la fama cuando hay votaciones, pero después se olvidan", afirma este líder del pueblo de unos 300 ecuatorianos, que por su acento se parecen más a colombianos.

El poblado está al pie de un destacamento del ejército que cuenta con un helipuerto, su propia planta eléctrica y cuya enfermería auxilia a los labriegos que no tienen dispensario, agua potable ni electricidad.

Divisando las montañas colombianas, el teniente Aguayo afirma: "Allí están peligros como la guerrilla. En ese lado (el departamento de Nariño) opera la columna móvil Daniel Aldana de las FARC".

Según las autoridades, la guerrilla tiene cultivos de coca y laboratorios para procesarla a lo largo de los 720 kilómetros de frontera, y el tráfico se realiza a través del Pacífico.

"Se presume que esta es una de las rutas de abastecimiento de las FARC y nuestra misión es no dejar que lo hagan ni que tengan coca en el lado ecuatoriano", añade Aguayo, jefe encargado de la base con capacidad para 80 soldados.

Los guerrilleros "tratan de pasar a descansar y aquí estamos para evitarlo", dice.

La incomunicación en que está Tobar Donoso lo llevó a asociarse con Llorente, un poblado colombiano a 40 kilómetros por río.

Tal es la situación en el caserío que el peso colombiano es la moneda ordinaria, y es habitual la señal de televisión y radio del país vecino.

"Queremos que reine el dólar (de uso regular en Ecuador), que haya una carretera para sacar los alimentos porque todo se pudre", se lamenta Rodríguez, que vende madera en Colombia.

El comandante del Ejército, general Ernesto González, admite que la frontera es una patata caliente para Ecuador, que debido a ello acantona a más de 6.000 militares en la zona.

"Rastreamos áreas de descanso y rutas de abastecimiento de químicos (para procesar droga), armamento, municiones y explosivos", señala González, y advierte: "De no ser por las operaciones estaríamos invadidos. Sin Fuerzas Armadas en la frontera, la guerrilla estaría en Quito o Guayaquil".

González destaca, empero, que Colombia y Ecuador hayan reactivado el intercambio de información militar tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas el 13 noviembre.

Quito rompió los vínculos a raíz de un ataque militar colombiano contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador el 1 de marzo de 2008, que dejó 25 muertos, entre ellos el líder rebelde Raúl Reyes.

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