Un muerto y la destrucción parcial de la Unidad de Policía Comunitaria de la parroquia Viche, fue el resultado de violentos enfrentamientos ocurrido la madrugada de ayer entre policías y pobladores de este sector, que protestaban por la muerte de una persona, aparentemente a manos de un uniformado.
Me informaron que a las 01:40 la UPC de Viche recibió numerosas llamadas telefónicas, solicitando a la Policía que ordenen que cierre su programación la discoteca OTI, porque hacía mucha bulla, dijo el Comandante de la Policía de Esmeraldas, Coronel Fausto Tamayo.
Un grupo de policías concurrió y fueron recibidos con agua. En el lugar se desarrollaba un concurso de camisetas mojadas. Los uniformados solicitaron que la discoteca cierre sus puertas y que todos vayan a sus casas, ya que había sobrepasado la 01:00 que es el horario permitido. Entonces hubo gritos y varios clientes lanzaron botellas. Los policías salieron del lugar y en la calle continuaron los forcejeos. Se lanzaron bombas lacrimógenas y de pronto se oyeron disparos y Diego Vélez cayó muerto. Se caldearon más los ánimos y los policías se retiraron al UPC.
La fiscalía tiene 24 horas para investigar el caso. Mientras que asuntos internos de la Policía inició las investigaciones. Se comprobó que el ataque de los vecinos al puesto policial. Si se comprueba que el policía Miguel Proaño es el responsable del crimen será sancionado. No estamos para cubrir irregularidades. Pero se le dará garantías para que pueda ejercer su legítima defensa. Al momento no sabemos dónde se encuentra. Huyó las los incidentes, presuntamente temerosos de ser agredido por la muchedumbre.
“A penas conocí el hecho me movilicé hasta Viche y pedí disculpas a la población y les ofrecí investigar hasta las últimas consecuencias. Las cosas se calmaron en algo”, dijo.
Digno Gabriel Vélez Segura de 28 años de edad, padre de 4 hijos, y se trabajaba transportando personas de un lado otro en el río Viche a bordo de una canoa. La Unidad de Policía Comunitaria de Viche está apenas a 50 metros del lugar donde funciona la discoteca OTI y 30 metros de la vivienda donde habitaba el fallecido.
Viviana Quintero, una de las que se encontraban en la discoteca y cuñada del fallecido, dijo que los policías pidieron que apagaran la música y obligaron a los hombres a ponerse contra la pared para realizar una requisa. “Las mujeres quisimos salir y nos empujaron, ahí empezó el problema cuando los policías echaron gas lacrimógeno dentro de la discoteca”, dijo.
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