EL COMERCIO
Por una orden judicial, la empresa forestal deberá devolver al Estado 3 400 hectáreas de un terreno ubicado en el cantón Quinindé. Hay contradicciones.
La empresa Bosques Tropicales S.A. (Botrosa) no abandonará el predio de Pambilar, ubicado en la parroquia Malimpia, cantón Quinindé, en Esmeraldas. Así lo señaló Ángel Jácome, funcionario de la empresa forestal, que no está de acuerdo con la resolución de la jueza Segunda de lo Civil de Pichincha, Victoria Chang.
La magistrada dispuso que se reinviertan al Estado 3 400 hectáreas, que fueron adjudicadas a Botrosa por el Instituto Nacional de Desarrollo Agrario (INDA), el 23 de junio de 1998.
La industria maderera
El 60% del bosque húmedo tropical, como el que se encuentra en Esmeraldas, está compuesto por maderas semiduras y el 40% por maderas duras. Las principales variedades son copal, sande, coco...
Se calcula que el bosque húmedo tropical tiene, en conjunto, 113 metros cúbicos de madera por hectárea.
Los programas de aprovechamiento sustentables recomiendan utilizar de 15 a 20 m³ de madera por hectárea, cada 20 años. Pero, por ejemplo, en el norte de Esmeraldas no hay cifras por falta de control.
En el país operan cinco empresas madereras, que demandan entre 200 000 y 250 000 m³ de bosques.
Ayer, precisamente, se cumplió el plazo para el desalojo, tras ocho años de litigios. Pero hasta el cierre de esta edición no se ejecutaba. De esta manera, Chang acogió la disposición del ex Tribunal Constitucional (TC), que dispuso, el 22 de octubre de 2002, que Pambilar regrese a manos del Estado, ante varias irregularidades.
La resolución, sin embargo, no se cumplió anteriormente, por lo que Chang retomó el caso.
Entre los argumentos para que se tome esta decisión está una serie de denuncias presentadas por Acción Ecológica. La Ong señala que campesinos y colonos habrían alertado sobre la explotación irracional de los bosques y de los impactos ambientales y sociales que estarían generando.
Eso motivó una inspección que realizaron funcionarios del Ministerio del Ambiente (MAE) en 1998. Según informes de Acción Ecológica, ahí se constató que la adjudicación era ilegal, ya que el predio de Pambilar se encontraba dentro del área de Patrimonio Forestal del Estado (PFE).
Ese criterio, además, contó con el apoyo de la ex Comisión de Control Cívico de la Corrupción, la Contraloría General del Estado y el ex Congreso Nacional, que desembocó en la resolución anterior del ex Tribunal Constitucional y de la jueza Chang.
En el otro frente está Botrosa. El miércoles, Ángel Jácome, director del Programa Bosques para Siempre, de la empresa Endesa-Botrosa, comentó que se han cometido una serie de irregularidades por desconocimiento. Una de ellas -dice- es que el predio en discusión mide 3 123 hectáreas no 3 400 como se señala en las denuncias y procesos judiciales.
Además, asegura que apenas una pequeña parte de Pambilar está dentro de la Reserva Forestal, que aún mantiene su bosque y que no está destruido como dicen los denunciantes.
También comentó que en ningún momento Botrosa se ha apoderado de estos terrenos arbitrariamente, sino que los compró, el 24 de marzo de 1992, a colonos de la Pre Cooperativa Pambilar. Estos tramitaron sus derechos de linderación al entonces Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (IERAC), en diciembre de 1986.
Posteriormente, el 23 de junio de 1998, mediante providencia número 98006E00212, el INDA adjudicó el predio Pambilar a favor de Botrosa.
Como pruebas indicó una serie de documentos, como un informe del 19 de diciembre de 1989 de la Dirección Nacional Forestal, que señala que el predio de Pambilar está afuera de la zona de PFE. Este documento, adicionalmente, tiene el respaldo de la Delegación Forestal de Esmeraldas que ratifica que Pambilar no es parte de dicho patrimonio.
70 000 hectáreas
de bosque nativo en el país han sido adjudicadas ilegalmente a las madereras, según Acción Ecológica.
Es por ello, comenta Jácome, que Botrosa recurrirá a todas las instancias judiciales, incluyendo la Corte Constitucional, para apelar a la resolución del Juzgado Segundo de lo Civil de Pichincha.
Entre tanto, el bosque de Pambilar se encuentra a cargo de un grupo de guardabosques que vigilan el predio.
Los directivos de Botrosa confían en que se revierta la resolución. De lo contrario temen que se pueda producir una serie de invasiones de grupos interesados en apoderarse de estas tierras. Por eso es que sugieren que se forme una comisión de alto nivel para que visite y tome resoluciones.
El tema de la explotación de los bosques ha desatado una serie de polémicas. Según el obispo de Esmeraldas, Eugenio Arellano, la explotación indiscriminada de la madera continúa.
Sin embargo, “la situación de pobreza de los pueblos indígenas y negros, dueños ancestrales del bosque, no ha cambiado en nada”, asegura.
Según Jácome, el quittarles el bosque de Pambilar dejaría un mal precedente en torno a la seguridad jurídica. Pero, sobre todo, afectaría a 2 000 familias de trabajadores que laboran en Botrosa. Esta empresa es dueña de 20 000 hectáreas de bosques en Esmeraldas. Desde esta provincia sale parte de los 250 000 m³, que demanda anualmente la industria maderera de todo el país.
Testimonio
Silvio Truet / Comuna Cayapas
‘Las madereras nos engañaron’
Ahora con los planes de manejo sustentable también hay problemas en las comunidades negras y chachis. Lo que pasa es que las grandes madereras van a negociar con los moradores ofreciéndoles dinero. En 1998 fueron a Zapallo Grande, cantón Quinindé, y ofrecieron pagar USD 10 por una pata de madera. Y eso fue un desastre. Sacaron todos los árboles. No había control y el boque quedó hecho una calamidad.
Es por ello que el Obispo solicitó al Gobierno que detenga la tala de árboles. Antes, nuestros ancestros convivían con los bosques, que les aseguraban frutos y animales para cazar. No sé quién nos metió la idea de cortar los árboles. Luego, cuando se retiraron los madereros, llegaron los palmicultores. Yo extraño el bosque.
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