EL COMERCIO
Los fuertes oleajes volvieron a causar problemas el último fin de semana en Esmeraldas. Los vecinos de los cantones Rioverde, Atacames y Muisne fueron sorprendidos por inesperados aguajes que causaron más de un susto entre sus habitantes. Oficialmente no se conoció de víctimas mortales, hasta el cierre de esta edición.
Esmeralda Gómez, de 22 años, miraba ayer cómo el mar golpeaba con fuerza los restos de lo que fue la discoteca Neptuno del Mar. El vaivén de las olas llevaba y traía troncos, plásticos y piedras que golpeaban la frágil estructura de madera y caña guadúa.
La discoteca no fue la única estructura afectada. Desde el 1 de enero se han destruido cientos de cabañas de caña, que servían como bares, y casas ubicadas en la playa, recuerda Gómez.
Ni siquiera el muro de rocas que el Municipio y la Prefectura colocaron en la playa pudo frenar la furia del mar. Este fin de semana desapareció totalmente el malecón de Rioverde.
Algo parecido sucedió en el sur de la provincia de Esmeraldas. María Solórzano contó que la madrugada del sábado las olas ingresaron a su casa en Súa, cantón Atacames. El mar sorprendió a Solórzano ya sus vecinos a las 02:00.
“Mi casita está a punto de caerse”, se lamentaba esta mujer. Otros habitantes del balneario aseguraban que las olas que inundaron sus viviendas dañaron electrodomésticos y muebles.
También se conoció que en Mompiche, cantón Muisne, la marea subió e ingresó al pueblo. Varias viviendas resultaron inundadas por el aguaje.
Los habitantes del perfil costanero de Esmeraldas están preocupados porque, a diferencia de los primeros días de enero, las autoridades no alertaron sobre la presencia de aguajes.
En medio de este panorama, los afectados de Rioverde y Atacames anunciaron que visitarán a las autoridades provinciales para pedir apoyo para arreglar los daños que dejaron los últimos aguajes.
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