lunes, 22 de noviembre de 2010

Alcalde esmeraldeño denuncia secuestro ‘express’ en la ciudad

EL UNIVERSO

La jefa del Departamento Financiero del Municipio de Esmeraldas, Aracely Vélez, junto con otras tres personas más fueron víctimas de un secuestro express el pasado jueves, denunció el alcalde Ernesto Estupiñán Quintero.


El funcionario dijo que no hizo público el hecho por pedido expreso de la Policía, cuyos agentes le aseguraron que tenían identificados a los secuestradores, pero debido a que pasaron varios días desde que ocurrió el plagio y no hay ningún resultado de las investigaciones, se vio obligado a denunciar el ilícito.

Vélez junto con su hermana Ángela Vélez Intriago, Wilmer Saldarreaga Zambrano y el hermano de esta, César Saldarreaga, fueron secuestrados en las afueras de la casa de la financiera, ubicada en La Tolita, en el sur de la ciudad de Esmeraldas, el pasado jueves a las 08:30.

Cinco personas que se movilizaban en dos vehículos obligaron a Vélez a subirse en un auto, mientras que en el otro automotor, propiedad de Saldarreaga, se embarcaron otras tres personas. “Los maniataron de pies y manos y les vendaron los ojos”, dijo el Alcalde.

Estupiñán agregó que los delincuentes llevaban una computadora portátil con internet y que intimidaron a la financiera para que hiciera transferencias desde las cuentas del Municipio a una cuenta particular, transacciones que no se pudieron hacer porque en las cuentas no había dinero en ese momento.

Los secuestradores les quitaron las tarjetas de crédito y de débito y acudieron a los cajeros automáticos del banco, de donde se llevaron $ 1.150 de los plagiados.
Luego, bajo amenazas hicieron que la empleada llamara a la tesorera para que esta certifique que, efectivamente, no había dinero en las cuentas del Municipio. Los secuestradores se marcharon dejando abandonadas a las cuatro personas en una guardarraya, en Winchele, afueras de Esmeraldas.

El Alcalde dijo que convenció a la financiera y a los otros secuestrados para que denuncien el hecho a la Policía, y aseguró que casos como este hay muchos que no se dan a conocer por temor a represalias.

“A mí me llamó un sicario para decirme que lo habían contratado para matarme, pero como yo le caía bien no lo iba a hacer”, dijo.

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