EL COMERCIO
Para ingresar a la isla Luis Vargas Torres solo era posible en canoa. Las viviendas y calles de esta comunidad, donde viven más de 700 familias, quedaron inundadas tras la creciente del río Esmeraldas.
A las 13:00, las aguas turbias del caudaloso río ingresaron de manera repentina a los hogares. Se dañaron electrodomésticos, colchones y ropa.
En la escuela Leonidas Grueso, las clases se suspendieron de inmediato. “Alcanzamos a alzar las raciones alimenticias y algunos documentos, pero los pupitres están todos mojados”, dice el profesor, Exson Bone.
Los adultos paralizaron sus actividades, para socorrer a las familias damnificadas. “Me regresé de mi trabajo desde Quinindé, para proteger a mi familia”, comenta Teodoro Montaño.
En el interior de su vivienda, construida con madera, algunos muebles y enseres fueron colocados en partes altas, para evitar su destrucción. Es la tercera vez en este año, que la isla se inunda. Los moradores se quejan por la falta de ayuda, por parte de los organismos de socorro y del Gobierno. Hasta las 16:00, ninguna institución llegó a este lugar.
El pedido de la comunidad es que se rellene una parte de la ribera por donde ingresa el agua cada vez que el río crece. Por la isla pasan las principales vías del circuito vial sobre el río Esmeraldas, que construye el Cuerpo de Ingenieros del Ejército.
En Esmeraldas hay otros sectores inundados. 16 familias de la isla Burrera fueron evacuadas al recinto ferial, por parte de la Secretaría de Riesgo. Se usaron lanchas de la Marina y del Ejército.
Un brazo del río Esmeraldas afectó a esta comunidad. Se reportaron pérdidas de aves de corral, cultivos y enseres. Los barrios Propicia 1 y 2 y el recinto Tabulé, de la parroquia San Mateo, también se inundaron. Hasta ayer, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos registraba unos 2 500 hogares afectados.
Además, los cantones Rioverde, Quinindé, Eloy Alfaro y Esmeraldas están en emergencia.
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