EL COMERCIO
La voz de Rosa Jama se quiebra. Contiene el llanto y dice que se le hace duro abandonar su casa, donde ha vivido desde hace 24 años.
El piso y las paredes de la vivienda están cuarteados y los muebles de la sala, arrumados en un rincón. “Esta casa la construí, poco a poco, lavando ropa ajena. Es lo único que tengo”.
El inmueble es de dos pisos y está ubicado en el barrio San Jorge Alto, en el sur de Esmeraldas. Allí, casi todas las casas están sostenidas con cañas guadúas, porque están a punto de caerse.
Con los postes del servicio de energía eléctrica ocurre lo mismo. Hace un mes y medio, los habitantes del barrio se dieron cuenta de que algo extraño sucedía. “Cada día, al despertar, veíamos nuevas grietas en nuestras casas y en las calles. La tierra poco a poco se estaba hundiendo”, señala la vecina Ángela Caicedo.
Los rumores de un posible hundimiento se multiplicaron en San Jorge Alto. Los vecinos se reunieron y decidieron pedir ayuda a los representantes de los organismos de socorro de la provincia.
El personal de la Secretaría de Gestión de Riesgo recorrió el sector, el pasado 2 de marzo. En el informe que presentaron dice que una excavación en el cerro donde se levanta el barrio ocasionó la filtración de agua.
“Por esa razón se formaron vertientes subterráneas. Hasta ahora se registra el hundimiento de un metro de tierra”.
De un total de 131 familias afectadas, 23 están en situación de emergencia. El lunes pasado, en una reunión urgente, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Esmeraldas declaró zona de desastre al barrio San Jorge. También dispuso la evacuación inmediata de las 23 familias, a los albergues de la ciudad.
En la actualidad, por el inicio del año escolar, las escuelas no servirán de albergues.
Hay la posibilidad de usar el coliseo del complejo deportivo del valle San Rafael. Ayer, la delegación provincial del Ministerio de Inclusión Social inició los trámites para adecuar el sitio.
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