martes, 27 de abril de 2010

Prevenir es mejor que curar: Los espolones óseos, un mal que hay que prevenir

Octavo de Comunicación Social
UTLVT-E Extensión La Concordia.


Gabriela así como muchas personas que sienten molestias para caminar, trabajar o realizar alguna actividad deportiva, me motivaron para consultar en la biblioteca y al Dr. Vilver Gutiérrez sobre este malestar de salud, conocido como espolón óseo.
Los espolones óseos son crecimientos anormales en el extremo de los huesos. Habitualmente están localizados en la columna vertebral o en otros huesos que soportan peso.
Los espolones, pueden crecer en los extremos de los huesos de cualquier parte del cuerpo. Estas molestosas malformaciones óseas no tienen cartílago protector, de manera que rozan contra otros huesos, vasos sanguíneos o nervios. Causando malestar ligero o un dolor intenso.
Causas y síntomas
Estas deformaciones óseas tienen varias causas posibles, algunos son el resultado de una artrosis. Este trastorno empieza sin síntomas a la edad de 20 a 30 años y se caracteriza por la pérdida de cartílago de las articulaciones. Cuando el cartílago se pierde, no existe un cojín protector de las articulaciones frente a las tensiones de la actividad física o del soporte del peso.
Los huesos rozan entre sí y los espolones óseos pueden crecer en el interior y alrededor de las articulaciones, hacia los 70 años casi todas las personas presentan este trastorno, a medida que las personas envejecen los discos intervertebrales se vuelven rígidos y se contraen, la distancia entre las vertebras disminuyen a medida que los discos se encogen y aparecen espolones óseos sobre las vertebras. Estos espolones también pueden encontrarse en personas jóvenes que han soportado una cantidad excesiva de tensión sobre sus cuerpos, ej. Bailarinas, atletas, obreros y otros.
Los lugares más comunes del cuerpo donde se localizan los espolones son, vertebras superiores “región cervical “donde puede causar dolor y rigidez en la espalda y cuello, en el talón es muy común pero se pueden encontrar en cualquier otra parte del pie que haya sido sometido a presión. Ciertos dolores de cabeza y los vértigos también pueden ser síntomas de estos trastornos, un espolón en el talón puede causar un dolor agudo cuando se apoya el peso sobre uno o ambos pies. Si existe un dolor muy intenso en el cuello o en la espalda con el más leve movimiento, puede ser el signo de la existencia de un espolón óseo que comprima un nervio o interfiera con el movimiento muscular.

Diagnóstico
El médico puede pedir la realización de una tomografía computarizada o una radiografía para descartar otras causas de dolor de espalda y ayudar a localizar la existencia de espolones óseos. El electrocardiograma puede determinar la lesión de los nervios que inervan los músculos para detectar si existen espolones óseos. La resonancia magnética puede obtener imágenes de huesos, nervios y discos intervertebrales para detectar la presencia de cualquier anormalidad.
Tratamiento
El ejercicio y un peso equilibrado del paciente son básicos para tratar el dolor asociado a los espolones óseos. La actividad física puede estar limitada por la localización del espolón y sus efectos sobre los movimientos. La natación y otras formas de actividades acuáticas, como el ejercicio aeróbico en el agua, pueden ser menos estresantes para el organismo y también pueden aumentar la flexibilidad y la movilidad. La pérdida de peso puede ser beneficiosa para aliviar el dolor, ya que el exceso de peso supone un estrés para las articulaciones que carecen de cartílago.
Existen otras opciones para tratar el dolor causado por los espolones óseos y poder aumentar los movimientos. La quiropraxia, que es la manipulación de las vertebras o terapia física para aliviar el dolor. La fisioterapia también puede aumentar el movimiento de la zona afectada. Además se puede emplear la acupuntura para mitigar algún tipo de dolor articular. Un homeópata sabrá valorar algo más que la condición física para determinar el remedio apropiado. El yoga es otra terapia del movimiento que ayuda a disminuir la tensión localizada sobre la zona afectada, además de relajar el cuerpo y reforzar los músculos. El sodio en la dieta puede disminuir el calcio de forma que pueda ser reabsorbido a la sangre, las personas con una dieta baja en sodio por motivos de salud deben hablar con su médico antes de aumentar el consumo del mismo en la dieta.

Prevención
Mantener el peso corporal adecuado y reducir la presión sobre las articulaciones son acciones que disminuyen la posibilidad de presentar espolones óseos, junto con una alimentación balanceada. Los ejercicios que hacen trabajar todos los músculos del cuerpo, como andar en bicicleta, nadar y jugar tenis son muy recomendables.

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