EXTRA
¡Salud compadre¡, decían una y otra vez mientras de fondo se escuchaba a todo volumen la voz de Alcia Acosta desde una vieja rocola.
Todo era alegría en un salón de bebidas de la avenida 29 de Mayo y calle San Miguel, en un callejón de la miniterminal terrestre.
Allí departían unos tragos Luis Florentino Busto, de 43 años, y Julio César Cuero, quienes por casualidad se encontraron en Santo Domingo y aprovecharon para conversar de todo un poco acompañados de unas “bielas”.
Ambos se conocieron en Esmeraldas y eran amigos por varios años, inclusive Cuero era compadre de su mamá, así que la alegría era compartida.
El reloj marcaba las 15:00 del sábado y de repente un desconocido se levantó de su mesa, irrumpió la conversación y le ofreció un vaso de cerveza a Busto, el hombre se negó y prefirió ignorarlo.
El extraño tomó el rechazo como una ofensa y hubo insultos y golpes, en tanto los testigos les gritaban que paren el relajo.
Cuero, al ver que el desconocido no paraba, se le ocurrió salir del bar y buscar a la policía, lastimosamente cuando regresaba se escuchó una detonación de arma de fuego.
Al ingresar encontró a Luis Busto con sus manos en el estómago y pidiendo ayuda, mientras el asesino huía en un taxi a gran velocidad.
Varios lugareños comentaron que no es la primera vez que se registra este tipo de hechos violentos, por lo que solicitaron la ubicación de una carpa policial.
Para cuando llegaron los paramédicos la vida de Busto se apagaba y a pesar que fue llevado a una casa de salud no resistió y murió en el trayecto.
Los familiares de la víctima llegaron a Santo Domingo para llevar el cuerpo de su ser querido y posiblemente velarlo en el barrio Foresa, de Esmeraldas, donde habitaba y se dedicaba a la agricultura.
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