Se trata de la ruta Galera-Estero de Plátano-Quingue-San Francisco del Cabo. Está en el cantón Muisne, a dos horas de la capital provincial.
La primera parada es Galera. Esta población de 800 pescadores ofrece un viaje para observar a las ballenas jorobadas en esta temporada.
También hay la opción de hacer turismo ecológico por la reserva de bosques tropicales y disfrutar de un baño en una cascada. Está a hora y media del pueblo. Se llega a pie o en caballo.
A 10 minutos de allí, siguiendo la ruta, se encuentra Estero de Plátano. Una impresionante vista de la playa, desde la vía, motiva a hacer una parada.
A escasos metros del malecón se observa el jugueteo de las ballenas jorobadas. No hay necesidad de abordar una embarcación para observarlas, pues están cerca de la orilla. En esa playa, de 3 kilómetros, las olas son grandes y es el sitio ideal para practicar surf. En lo alto de la ensenada se observan variedades de aves, como pelícanos.
Hay cuatro hosterías para el alojamiento. En el corto malecón se preparan ensaladas de frutas, jugos y cebiches de todo tipo de mariscos. La zona es rica en langostas, langostinos y pargo rojo. Por eso, los productos del mar son frescos. También hay bancos de peces y de coral.
Luego se llega a Quingue. Allí existe un improvisado mirador de donde se mira el coqueteo de las ballenas. Es necesario usar binoculares. Una parte de la población elabora artesanías en materiales de coco, tagua y calabaza, que se oferta a los visitantes que llegan a descansar.
Los arrecifes de coral y de concha Spondylus se encuentran en Tongorachí, a un paso de Quingue. A 20 minutos del lugar, está San Francisco del Cabo. En el sitio, los pescadores conservan las langostas en zonas de reproducción, que pueden ser visitados por los turistas. Los turistas pueden recorrer la zona en lanchas o tomar el sol en las playas.
La gastronomía de la zona
Los cebiches de concha, camarón, calamar, langostino y pescado se los encuentra en el sitio Estero de Plátano. Cada plato cuesta entre USD 5 y 7.
También se ofrecen arroz marinero y caldo de gallina criolla. Además, se prepara encocado de pescado y de carne de monte: guanta y armadillo. Cada plato no pasa de USD 8.
También hay ensaladas de frutas, caña de azúcar cortada en pequeños trozos y frutas cítricas, como la naranja, cultivada en la zona.
Igualmente, se puede disfrutar de agua de coco, una bebida refrescante.
Los platos se preparan con la pesca del día, por lo que son productos frescos.
En la zona hay varios sitios, que pertenecen a los comuneros.
El viaje hacia los destinos
El viaje se puede hacer en avión, desde Quito u otro lugar, hacia Esmeraldas. El pasaje en avión de ida
y vuelta, cuesta USD 151,9. Solo Quito-Esmeraldas, USD 80,78.
En carro, el traslado toma dos horas desde la capital provincial. Hay que tanquear, porque no hay gasolineras en la vía. Es mejor ir en carro para hacer paradas.
Para recorrer la ruta, si no tiene carro propio, puede embarcarse en las chivas o rancheras. El pasaje (hasta San Francisco del Cabo) cuesta USD 1,50, saliendo desde Tonchigüe. Si se sale desde la terminal de Esmeraldas vale USD 1 hasta Tonchigüe.
Los ingresos a los balnearios de Galera, Estero de Plátano y Quingue están asfaltados. No así el de San Francisco del Cabo.
La vía está lastrada.
En Estero de Plátano hay cuatro cabañas con capacidad para 60 personas, 15 por cada una. En Galera se lo puede hacer en casas de los habitantes, así como degustar de los platos típicos.
En la ruta Galera-Estero de Plátano-Quingue -San Francisco del Cabo no hay infraestructura hotelera. Pero se puede quedar a dormir en Estero de Plátano, junto a la playa.
Los turistas deben llevar bloqueador por el fuerte sol y binoculares para observar las ballenas desde tierra. También vestir ropa y zapatos muy cómodos para disfrutar del mar.
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