viernes, 9 de abril de 2010

31 familias de la isla La Burrera fueron reubicadas en un albergue


Selinda Borja es una joven madre. Ella y sus dos hijos, menores de cuatro años, pasaron su primera noche en un albergue improvisado del Recinto Ferial de Esmeraldas. Hasta ese lugar, fueron trasladadas 31 familias de la isla La Burrera afectadas por el invierno.

El desbordamiento del río Esmeraldas inundó por completo a esta comunidad, el martes anterior. A las 22:00 de ese día, los vecinos fueron rescatados de entre las aguas, por el personal de la Secretaría de Riesgos. También de la Marina y el Ejército.

96 familias
habitan La Burrera. En este poblado se cultiva tomate, habas, maíz y pepinos.Los organismos de socorro utilizaron seis lanchas para trasladar a la gente al barrio La Propicia, donde está ubicado el recinto ferial.

Este fue el sitio más cercano y seguro. Aunque no presta todas las condiciones necesarias. A lo largo de un cerramiento circular están ubicados los cuartos de cuatro metros cuadrados. Estos sirven de locales para los comerciantes que llegan, cada año, a la feria que se realiza en agosto.

En el recinto, 10 de los cuartos se han convertido en un hogar improvisado para los damnificados por el invierno. No tienen paredes sino mallas metálicas. Por ello, los albergados colocaron plásticos de color negro.

El área que le correspondió a Selinda Borja está rodeada de maleza. En el piso hay una cocineta, un televisor, ropa de niños y sábanas. Ayer, ella esperaba que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) le entregara un colchón. “Anoche dormimos en el piso sobre una cobija. Estuve junto a mis hijos”.

Bajo las mismas circunstancias pasaron la noche otros siete niños. Los infantes llegaron al lugar junto con sus padres.

Funcionarios de la Cruz Roja, quienes realizaron una inspección en el albergue, determinaron que las familias carecen de artículos de primera necesidad.

La Cruz Roja alista un balance. “Con nuestro informe se dispondrá la entrega inmediata de aguas en botellas, alimentos y charlas para los damnificados”, dijo Mario Quiñónez, coordinador del Programa de Gestión de Riesgos y Desastres de la Cruz Roja.

Dima García es otro de los afectados por la inundación en la Isla La Burrera. Es agricultor y se lamenta la pérdida de sus cultivos. “El río se nos vino encima y se nos llevó todo lo que teníamos. Perdí sembríos de tomate, habas, pimiento, maíz y pepinos”.

Los damnificados también reportaron pérdidas de aves de corral y ganado porcino. La Burrera es una isla productiva. Las 96 familias que ahí viven se dedican y subsisten de los cultivos de maíz, tomate, pepinos...

Por encontrarse rodeada por el río Esmeraldas y sus afluentes, la isla es vulnerable a las inundaciones, por ello, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) ha planteado la reubicación inmediata de este poblado.

Los pobladores no se oponen a ser reubicados, pero hacen un pedido. “Aceptamos que nos lleven a vivir a otro lugar pero queremos seguir sembrando en la isla porque ese nuestro único sustento”, manifestó Dima García.

La permanencia de las familias en el recinto ferial todavía es indefinida. La Secretaría de Gestión Riesgos en Esmeraldas recomienda a los habitantes no vuelvan a la isla, mientras sigan las lluvias porque el riesgo es alto.

Mientras tanto, se los asiste con lo básico. Al mediodía de ayer, los funcionarios del MIES llegaron con 17 fundas con alimentos, así como 34 colchones.

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