domingo, 5 de febrero de 2012

La Concordia busca hoy en las urnas terminar sus discordias

EL UNIVERSO

LA CONCORDIA, Esmeraldas. Distintos criterios se entrevén en esta vivienda, donde la familia que aquí vive colocó banderas de Esmeraldas y Santo Domingo.
 Manuel Toro | LA CONCORDIA, Esmeraldas

La consulta popular que definirá hoy si La Concordia sigue con Esmeraldas o pasa a Santo Domingo de los Tsáchilas ha sido motivo de una marcada división entre sus habitantes. Ha sido, no obstante, una más de las discordias que han marcado la historia de este cantón esmeraldeño, donde familias enteras se han desmembrado por sus posiciones discordantes.

El caso más ejemplar y actual es el de los hermanos Ocampo, Wálter, actual alcalde y militante del movimiento oficialista PAIS, y José Ricardo, quien se postuló para la Alcaldía por el MPD en las elecciones pasadas. Ambos siguen distanciados.

Wálter Ocampo es el impulsor de la consulta. El pasado jueves, luego de pedir licencia, se unió a la marcha de cierre de campaña de quienes defienden la tesis de Santo Domingo.

Él se queja del supuesto olvido por parte de Esmeraldas y reconoce que su administración no solucionó los problemas básicos como la falta de agua potable y alcantarillado, porque le tocó poner a funcionar el Municipio.

Sin embargo, ha cometido desaciertos, pues la Contraloría le hizo 93 observaciones en un examen administrativo y de recursos humanos. Se le observa porque ni siquiera existe un catastro bien elaborado de predios urbanos y rústicos ni registros del parque automotor y de los comercios que funcionan en el cantón. Eso impide el cobro de impuestos para fortalecer el presupuesto municipal.

En el Municipio también hay división. Ocampo principalizó a siete concejales suplentes tras destituir al vicealcalde Byron García y seis ediles, la mayoría del MPD. La disputa la definirá la Corte Constitucional.

En medio de eso, el cantón, con casi 100 mil hectáreas altamente productivas y habitado por 42 mil personas, carece de un sistema de agua potable. Solo el 10% tiene agua entubada, el resto toma de pozos; no hay alcantarillado y la mayoría de calles es de tierra.

Ocampo asegura que hay disputas porque él ha combatido a familias poderosas que no han querido pagar impuestos. Sin embargo, su familia es dueña del hotel más grande, es propietaria de las dos gasolineras del poblado, de una radio, un canal de TV por cable y de edificios.



Pero la división no es solo entre los políticos. En las mismas familias también hay diferentes criterios. Es el caso de Natividad Bravo, moradora del barrio San Rafael. Ella es partidaria de que La Concordia sea parte de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, mientras que su hijo Ramón hace campaña a favor de Esmeraldas.

En la humilde vivienda de la familia, madre e hijo tienen una marcada discrepancia en cuanto al resultado de las elecciones. “Ramoncito colocó una bandera de Esmeraldas en la ventana de la casa y al rato su madre, doña Naty, colocó otra de Santo Domingo”, manifestó un vecino del barrio y quien pidió no revelar su nombre.

Doña Natividad prefiere no hablar sobre el tema y dice que hay que esperar el resultado de las elecciones. “No me gusta hablar de política, eso se lo dejo a los políticos”, contó. Pero su hijo Ramón pide la palabra. “La posición de mi madre de pertenecer a Santo Domingo es por puro interés de trabajo con la familia del alcalde; en cambio la mía es por convencimiento. Yo nací en Esmeraldas, soy esmeraldeño y no acepto que me cambien mi lugar natal por capricho de una persona”, dijo.

Pero la historia de enfrentamientos por La Concordia comenzó hace más de tres décadas entre Esmeraldas y Pichincha. Aquí se recuerda mucho al exprefecto esmeraldeño Jorge Chiriboga Guerrero no solo por ser uno de los impulsores de obras, sino porque protagonizó un violento enfrentamiento con Fabián Alarcón, exprefecto de Pichincha y a quien lo expulsó a la fuerza de este poblado, hace más de dos décadas.

Sus habitantes actuales son en su gran mayoría migrantes llegados desde Manabí, Pichincha, Loja, Imbabura, Cotopaxi, que constituyen las mayores colonias. Muchos han mostrado abiertamente sus posiciones y se han marcado grupos a favor de una de las dos tesis.

Uno de los pilares de Esmeraldas en La Concordia es la extensión de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres, cuyo coordinador es Fernando Andino León, oriundo de Pujilí en la provincia de Cotopaxi. La UNE y el Comité Cívico, cercanos al MPD, han estado entre los promotores de esa tesis.

Por Santo Domingo, Jeaneth Armijos, presidenta del Frente Ciudadano Concordense y exconcejala, es una de las que lidera la tesis de pertenecer a Santo Domingo. En esta lid han tomado parte activa los prefectos de Esmeraldas, Lucía Sosa (MPD), y de Santo Domingo, Geovanny Benítez (PAIS).

En la campaña para la consulta de hoy, que terminó el pasado jueves, por cada bando participaron cuatro grupos políticos reconocidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

En favor de Santo Domingo estuvieron La Asociación 19 de Agosto. Su representante es Opilio Carrera, un comerciante que tiene una carpa en la calle comercial, un puesto de venta informal de 2,2 metros.

Eloy Zambrano, del club San Rafael, es otro sujeto político de esa tendencia. Reside en el barrio San Rafael, donde es presidente del club del mismo nombre. El Frente Ciudadano Concordense, de Jeaneth Armijos, fue el tercer movimiento, y, el cuarto, la Asociación de Maestros Albañiles de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Por Esmeraldas hicieron campaña el grupo Los Chigualeros, que según un integrante del Comité Cívico, también aliado, tenía la venia de la Gobernación de esa provincia. Estuvieron además la UNE, dirigida por Eunice González; la Federación de Barrios y el partido MPD, que tuvo como una de sus dirigentes provinciales a la prefecta Sosa.

Los promotores de ambos bandos dicen que luego de esta consulta la historia cambiará. Los habitantes piden solución urgente al déficit de servicios básicos. “El agua que se consume en La Concordia no es apta para el consumo humano, eso lo demuestran los análisis realizados por laboratorios”, afirma Eddy Morcillo, expresidente de la antigua Junta de Agua Potable. Pide que eso cambie.

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