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El médico del subcentro del barrio Santas Vainas, en Esmeraldas, hace también de boticario. Él no se queja, pero los pacientes sí. |
Llega antes de su jornada para arreglar el cuarto de farmacia. Es su segunda función, pues la primera es la más importante.
Es el único médico general del subcentro de salud del barrio Santas Vainas, en el cantón Esmeraldas. Hace de pediatra, de cardiólogo...
Las decenas de pacientes que piden aliviar sus males tienen que esperar a que el doctor las atienda primero, para de ahí volver a aguardar por la entrega de los remedios, que el mismo médico debe darles.
Él no se queja y hasta justifica los inconvenientes. “La atención en este subcentro es personalizada. No podemos decir que lo tenemos todo, pero nos esforzamos por dar una atención de calidad”, indica. Pero los usuarios sí reclaman por falta de personal y esperas largas.
El subcentro se construyó hace 25 años, en 1987, cuando Santas Vainas tenía 2.400 personas. Pero ahora en este sector viven 7.004 personas, según las estadísticas del local.
Aquí trabajan 7 empleados: un médico, un obstetra, un odontólogo, dos auxiliares de Enfermería, uno para el área de Estadística y un conserje.
Es el único médico general del subcentro de salud del barrio Santas Vainas, en el cantón Esmeraldas. Hace de pediatra, de cardiólogo...
Las decenas de pacientes que piden aliviar sus males tienen que esperar a que el doctor las atienda primero, para de ahí volver a aguardar por la entrega de los remedios, que el mismo médico debe darles.
Él no se queja y hasta justifica los inconvenientes. “La atención en este subcentro es personalizada. No podemos decir que lo tenemos todo, pero nos esforzamos por dar una atención de calidad”, indica. Pero los usuarios sí reclaman por falta de personal y esperas largas.
El subcentro se construyó hace 25 años, en 1987, cuando Santas Vainas tenía 2.400 personas. Pero ahora en este sector viven 7.004 personas, según las estadísticas del local.
Aquí trabajan 7 empleados: un médico, un obstetra, un odontólogo, dos auxiliares de Enfermería, uno para el área de Estadística y un conserje.
En otros hospitales, como el Delfina Torres, de Esmeraldas, actualmente en rehabilitación, su capacidad hospitalaria se ha mantenido en 125 camas entre el 2007 y el 2011.
Dick Altafuya, exjefe de Control Sanitario de la Dirección Provincial de Salud de Esmeraldas, asegura que lo asignado a este hospital no dará mayor capacidad de atención a los pacientes, pese a una inversión de 3,2 millones de dólares para trabajos de infraestructura. “La obra solamente contempla la remodelación del hospital, mas no ampliación de atención, y lo que Esmeraldas requiere es un nuevo hospital”, dice Altafuya.
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