lunes, 21 de mayo de 2012

Celebran los 15 años de joven que falleció hace seis meses

EL UNIVERSO Manuel Toro | QUININDÉ, ESMERALDAS

El aspecto lúgubre del cementerio municipal de Quinindé, en Esmeraldas, cambió radicalmente el pasado sábado. Las tumbas lucían adornadas con globos y serpentinas. Una gigantografía con la silueta de una jovencita vestida de rojo cambió radicalmente el panorama y llamó la atención de docenas de personas que se detenían para observar este inusual acontecimiento.

El ambiente era de fiesta. No hubo llantos. De a poco el camposanto empezó a llenarse con invitados, pues ahí se realizó una fiesta de 15 años post mórtem. Las damas vestían impecables vestidos rosados y celestes; los caballeros lucían sus ternos y corbatas. En la fiesta solamente hizo falta la quinceañera.

Carlos Pata y Magaly Muñoz, padres de Paoly, una joven que murió arrollada hace seis meses en Quinindé, lucieron sus mejores trajes. Una calle de honor se levantó a la entrada del cementerio a las 11:30, hora en la que se dio inicio a la fiesta.

Entre las damas de honor sobresalía la figura de Angélica M., una de las mejores amigas de Paoly. Eran compañeras inseparables en el décimo año del colegio Simón Plata Torres. Antes de morir, Paoly ya le había comentado su deseo de que le hagan una fiesta de 15 años a lo grande, con muchos invitados.

El destino truncó la ilusión de Paoly en manos de un conductor que la arrolló y mató de contado mientras ella paseaba en bicicleta en el barrio San Vicente de Quinindé. Miriam Lozano, madre de Angélica, se mostró conmovida por lo ocurrido. “Paoly tenía un diario, en el que había dejado escrito el nombre de quienes ella quería que fueran sus damas de honor en su fiesta de 15 años y ahí estaba el nombre de mi hija”, contó.

En total hubo 14 nombres de damas e igual número de caballeros. “La mamá de Paoly nos llamó a pedirnos que dejemos que nuestra hija participe y nosotros aceptamos encantados, fue un acto de amor, algo muy especial, fue hermoso”, dijo.

La fiesta se inició en la puerta de entrada al cementerio con el encendido de las 15 velas. Luego las damas y los caballeros bailaron el vals. La segunda parte del acto se realizó en la tumba donde están los restos de Paoly, la cual estaba adornada con globos rosados y blancos.

Los padres de la quinceañera se juntaron y dejaron libre una paloma blanca. “Es indescriptible el amor de un padre por sus hijos, ellos hicieron un sacrificio enorme para complacer a su hija muerta en su última voluntad, eso es digno de admiración y respeto”, dijo Lozano.

Carlos Zambrano, comisario municipal de Quinindé, indicó que se otorgaron los permisos correspondientes por tratarse de un acto humanitario. “Sé que es algo fuera de lo común, pero la niña le había pedido a su madre la fiesta; le pidió que le haga una promesa. Fue la última voluntad de la niña. No podemos negarnos a algo así”, dijo.

No obstante, el comisario aclaró que se trató más de un acto religioso que festivo. “No hubo baile ni algarabía. Sí hubo adornos, damas y caballeros, pero no hubo bebidas alcohólicas. Es la primera vez en la historia de este cantón que ocurre algo como esto”, explicó.

El suceso fue ampliamente comentado en las redes sociales. “Como padres, ellos debieron amar y aman tanto a su hija que aun estando muerta le celebraron sus deseados 15 años. Cómo se debieron sentir hundidos en el dolor. Qué amor tan grande”, escribió Leslye Chica en Facebook.

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