Debido a su estado de descomposición el cuerpo de Manuel Genaro Subiaga, de 24 años de edad, no entró en el cofre mortuorio. Sus familiares tuvieron que viajar a Atacames para cambiarlo por uno más grande. El cuerpo de Manuel Genaro Subiaga, fue hallado en la zona sur de la provincia entre los cantones Atacames y Muisne, luego de permanecer desaparecido durante 4 días.
Javier Cheres, el único sobreviviente.
De los tres pescadores, Javier Chere logró llegar a tierra, mientras que sus dos compañeros estaban desaparecidos; con el hallazgo de Manuel Genaro, el que no aparece aún es Jonathan Valencia Barrios.
A las 06:00 de ayer, en la playa del sector conocido como ‘Coquitos’, en los límites entre el cantón Atacames y Muisne, al sur de la provincia de Esmeraldas, fue encontrado el cadáver del pescador Manuel Genaro Subiaga Bautista, de 24 años, que estaba desaparecido desde el lunes anterior.
El ahora fallecidos se dedicaba a la pesca desde hace muchos años atrás, labor con la cual se ganaba el sustento para su esposa Cindy Reina y sus dos hijos menores de edad.
El lunes anterior, a las 17:00, Manuel Genaro Subiaga Bautista, zarpó desde el Cabo de San Francisco, cantón Muisne, como capitán de la lancha ‘Jesús del Gran Poder’, y como tripulantes fueron Javier Chere y Jonathan Valencia Barrios
Este joven se dedicaba a la pesca desde hace muchos años atrás y con ello subsistía y lograba mantener a su esposa Cyndi Reina y a sus 2 hijos, todos ellos menores de edad. El pasado lunes, a las 17h00, zarpó desde El Cabo de San Francisco en el cantón Muisne, como capitán de la fibra pesquera Jesús del Gran Poder. La tripulación estaba integrada además por Javier Cheres, de 16 años y Jhonatán Valencia Barrios de 18.
Decenas de personas se congregaron en la vivienda donde se encontraba el cadáver de Manuel Subiaga. El llanto de sus familiares y amigos se confundía con el sonido de las olas que revientan en la playa. Las voces que clamaban por justicia venían de todas partes. “Por qué nos dejastes, por qué nos dejastes solos”, gritaba Cyndi Reina, mientras abrazaba a su suegra Isabel Bautista, quien yacía sin fuerzas sentada junto al cadáver de su hijo.
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