EL COMERCIO
Los 250 estudiantes del Centro Integral Infantil, un plantel primario de Esmeraldas, enviaron un paquete con sus esferográficos más queridos hacia Uruguay. Estos fueron depositados, como una ofrenda, en la tumba de Mario Benedetti, poeta latinoamericano.
Con ello querían rendir homenaje, como lo hicieron miles de jóvenes durante el entierro del escritor, que falleció el 17 de mayo de 2009, a los 88 años.
Pero los estudiantes del Centro Integral también recordaron a Jorge Enrique Adoum, considerado un ícono de la literatura ecuatoriana, que falleció el 3 de julio último, a los 84 años. Lo hicieron, como consideraban el mejor homenaje: con poemas declamados por las voces frescas de los niños, durante el vigésimo sexto festival de poesía, organizado por el plantel.
La uruguaya Nibia Vásquez, una de las fundadoras del Centro Integral, lamentó que el aniversario por los 30 años de la escuela -en donde la poseía y la música constituyen los ejes fundamentales- haya coincidido con la muerte de estos dos grandes de América.
Sin embargo, fue el pretexto para hacer un recorrido por la poesía de Iberoamérica, con versos como: “Te quiero porque sos/ mi amor, mi cómplice y todo/ y en la calle, codo a codo/ somos mucho más que dos”, de Benedetti. Y “de ti nacía y a ti vuelvo/ arcilla vaso de barro/ con mi muerte yazgo en ti/ en tu polvo enamorado”, de Adoum.
Durante el homenaje se recordaron pasajes de la vida de estos dos poetas. Los niños conocieron, por ejemplo, que Benedetti muchas veces se jugó la vida por su palabra cuestionadora, que criticaba los excesos de la dictadura de Uruguay. Por ello vivió en el exilio.
Una muestra de esa poesía crítica: la niña María Pérez declamó un fragmento de Ecuador Amargo, de Adoum. Mientras que Nilo Castillo recitó Defensa de la Alegría, de Benedetti...
Los estudiantes guardaron en una vasija de barro promesas que serán leídas en cinco años. Un grupo que salió en 2004 rompió la vasija anterior.
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