La reestructuración laboral en Petroecuador tardó siete meses más de lo previsto.
EL COMERCIO
El 19 de marzo pasado, el presidente ejecutivo de Petroecuador, Luis Jaramillo, visitó el campo Cuyabeno, en Sucumbíos, donde anticipó que en mayo empezaría la depuración laboral en la petrolera estatal. Ante los rumores de recortes de personal de 1426 trabajadores ex tercerizados, Jaramillo dijo que todavía no había una respuesta y que “en dos meses más (mayo) conocerán su futuro”.
El anuncio causó molestias en el Régimen, que postergó la decisión hasta contar con los estudios que justifiquen el recorte de personal en la magnitud prevista. En ese entonces se manejaban cifras superiores a los mil trabajadores. Sin embargo, el Presidente ordenó que el impacto sea menor.
La decisión de ajustar la nómina llegó ayer, cuando más de 300 trabajadores de la estatal recibieron las notificaciones de separación, debido a que no cumplieron con el perfil que se necesita.
Fuentes de Petrocomercial señalaron que el recorte en esta filial fue de alrededor de 40, aunque otros hablaron de 95.
En la parte administrativa se conoció que las notificaciones llegaron a 30, mientras que en Petroproducción fueron 60.
El ajuste laboral en Petroecuador es parte de un proceso que viene desde agosto pasado. Para ello se contrató a la consultora Wood Mackenzie, la cual ayudó a definir la estrategia de negocios, lo cual pasaba por una optimización del recurso humano.
Para ello se levantaron perfiles de los trabajadores, en función de las competencias que debían cumplir en sus cargos.
Aquellos que no cumplían esas competencias debían salir de la empresa, lo cual empezó a ejecutarse desde ayer. Sin embargo, se conoció que las notificaciones de ayer forman parte de la
primera etapa del recorte de personal, según fuentes de Petroecuador.
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