EL UNIVERSO
Al hermano mayor del Presidente, Fabricio Correa, le resulta extraño que el fiscal general, Washington Pesántez, lo haya convocado hoy a rendir testimonio sobre sus denuncias de supuestos actos de corrupción de funcionarios del régimen cuando no ha prestado atención a otras que ya hizo antes.
Se refería, por ejemplo, al caso de Jack Grynberg, ejecutivo de Cotundo Minerales, en Colorado (EE.UU.), que aseguró que Fabricio hizo lobby a cambio de dinero para que le entreguen un contrato petrolero a Ivanhoe. Y al de Mercedes Diminich, actual asambleísta de PAIS, por el supuesto uso de recursos de la Categ para la compra de tiques de avión.
Tampoco, reclama Fabricio, lo ha llamado a dar respuestas sobre el manejo de los fondos de la primera campaña presidencial de su hermano, “a pesar de los múltiples cuestionamientos aparecidos por la prensa y de que él mismo (el Mandatario) reveló que yo era el recaudador en Ecuador”.
Según los supuestos diarios del líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fallecido en el ataque de Angostura, la guerrilla realizó un aporte de $ 100 mil a la campaña de Correa; el diario El País, de España, en cambio, habló de $ 400 mil.
Esos textos mencionan al coronel Jorge Brito, como su contacto con el movimiento PAIS.
Una fuente del oficialismo confirmó hace varios meses a este Diario que, en efecto, Brito ofreció el dinero a nombre de las FARC, pero no fue aceptado. El ex militar ha dicho que tal denuncia es falsa.
En una entrevista con Ecuavisa, el año pasado, Fabricio declaró que había recaudado $ 3,5 millones durante la campaña.
Ayer, al ser consultado si había sido contactado por algún delegado de las FARC para entregarle alguna contribución, él respondió que solo dará esa información ante el fiscal.
Fabricio asegura que no ha sido notificado oficialmente del llamado del fiscal sino que se enteró por la prensa. De ahí que no asistirá a la audiencia, que estaba prevista para hoy.
Su abogado, Joffre Campaña, presentó ayer un escrito para comunicar sobre su ausencia.
“... Como creo que debe respetarse el orden de prelación de las denuncias anteriores que le acabo de recordar, solicito que para este llamado se me confiera el tiempo necesario para estructurar bien la documentación que poseo”, señala el texto de la defensa.
Fabricio afirmó ser un “perseguido político”, pero no de su hermano. No dijo quién encabeza tal persecución.
Y señaló que no se ha pasado a la oposición, como lo dijo el menor de los Correa en su último enlace sabatino.
“Yo no soy de la oposición. Soy hermano mayor, estoy preocupado por él como hermano mayor. Se acaba de ir a Cuba (a hacerse una operación de la rodilla) porque yo le hice la cita, por Dios Santo”.
“Mi ñaño soñaba con ser boy scout cuando yo a la salida del colegio llevaba viandas para trabajar y ayudar a mi mamá. Mi ñaño soñaba con ser bachiller cuando yo era ayudante de cátedra y aportaba para mantenerlo a él y a la familia. Mi ñaño soñaba con ser Economista cuando yo ya tenía Aplitec y generaba trabajo. Yo ya tenía camaronera, melonera, una industria cuando él soñaba con ser máster. Si lo que queremos los ecuatorianos es que pare de soñar y que se ponga a generar empleo, si para eso lo mandamos a estudiar a Bélgica e Illinois, y estoy seguro de que lo hizo bien porque es brillante. El problema es el círculo”, dijo.
En tanto, el ministro coordinador de la Política, Ricardo Patiño, aseguró que Fabricio “tiene obsesiones que no le hacen bien”, refiriéndose a la supuesta intención de apresarlo que tendrían los colaboradores del Jefe de Estado.
“Esta muy mal que se obsesione con determinadas personas y comience a soñar cosas, soñar que lo van a apresar, ¿no será que quiere que lo apresen? Yo creo que ya debe comenzar a pensar un poquito más seriamente las cosas y no seguir hablando solamente porque tiene capacidad de hablar”, dijo.
Textuales: Su postura
Fabricio Correa
HERMANO DEL PRESIDENTE
“Yo veo que se pregunta y se quiere investigar lo que políticamente es conveniente para el Gobierno”.
“No hay que escupir para arriba. Se mató diciendo que Lucio era una rectificadora y ahora él (Rafael) rectifica más”.
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