Los vecinos del barrio Santa Cruz están convencidos que la imagen del Divino Niño, que fue colocada en el interior de un nicho el pasado 3 de agosto, llora lágrimas de sangre. Dalia Bone, es una de las convencidas de que se trata de un anuncio divino y dice que ya que no le importa si la gente quiere creer o no.
La imagen del Divino Niño a la que ahora se le atribuye el milagro de derramar lágrimas parecidas a la sangre, tiene una historia de misterio. Según María Pilay, esposa de Gregorio Mieles, la imagen a la que ahora se atribuye un milagro, perteneció a la curia, y fue desechada hace 9 años atrás.
En el barrio Santa Cruz, parte alta, en esa época, funcionaba un seminario para la formación de religiosas. “Cuando se cerró el seminario, empezaron a botar algunas cosas y entre esas cosas que iban a botar estaba la imagen de este Divino Niño”, dijo María Pilay.
Ella asegura, que su esposo recogió la figura y la llevó a su casa donde permaneció durante 9 años sin que en ninguna ocasión muestre nada extraño. La historia cambió a finales del mes de junio, cuando Gregorio Mieles desapareció misteriosamente.
Tres días después encontraron su cadáver en estado de descomposición en el interior de un quisco donde habitaba solo, ya que se había distanciado de su esposa. En el lugar también estaba la figura del Divino Niño, la cual fue recogida por Dalia Bone quien la llevó a su hogar.
Entonces se decidieron a colocarla dentro de un nicho y encenderles velas y rezar novenas. A mediados del mes de septiembre, Carlos Guamán Bone de 16 años, se percató que desde los ojos de la pequeña estatua brotaba lo que parecían ser lágrimas de sangre.
Este fenómeno se repitió 5 veces en este mes. “La primera vez que vimos eso pensamos que había algo dentro de la figura y la limpiamos, pero tres días después volvió a ocurrir lo mismo”, dijo Dalia Bone. La última vez que la figura lloró, fue el pasado lunes 21 de septiembre. Desde entonces los moradores del barrio se niegan a limpiar la figura, pues aspiran la presencia del Obispo de Esmeraldas Moseñor Eugenio Arellano Fernández, quien asegura que no se va a pronunciar sobre el hecho hasta estudiar bien el caso.
“Las lágrimas de sangre son de los pobres, de los que sufren injusticia, no de una imagen”, dijo. Alejrandoi Benítez, llegó desde San Rafael, al sur de Esmeraldas para rezarle a la imagen del Divino Niño. Visiblemente impresionado, dijo que se trata de un mensaje que Dios nos quiere dar a los esmeraldeños.
Otro de los creyentes que ayer llegó y se impresionó por lo que vio, fue Wilson Hernández, de 49 años de edad, y quien habita apenas a 3 cuadras del sitio donde se encuentra la estatua. Hernández escuchó en la radio la noticia e inmediatamente se dirigió al lugar.: “Yo creo que nos está diciendo que tenemos que rezar más, que algo malo nos puede pasar en este próximo invierno”, dijo.
En cuestión de minutos decenas de personas llegaron al lugar y Dalia Bone extrajo la figura desde el interior para que sea examinada por los creyentes. La figura es completamente cerrada y solo tiene un pequeño orificio encima de la cabeza, es imposible que alguien pueda ponerle algo por ahí”, explicó mientras manipulaba la estatua que era venerada por los presentes.
Los que han tocado el líquido que brota de los ojos de la figura, aseguran que es como una especie de aceite de color rojo. “Yo lo toqué con mis dedos, no puedo decir que sea sangre pero sí es una especie de aceite suave, así se siente cuando uno lo toca”, dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario