Un menor de 12 años de edad, oriundo de la parroquia Tonchigüe y que respondía a los nombres de Jaime Marlon Barre Bone, falleció la madrugada del domingo en uno de los hospitales móviles de la ciudad de Esmeraldas, al parecer, como producto de una gangrena, luego de una aparente leve caída que sufrió el jueves anterior en un sector de la ciudad de Pedernales, provincia de Manabí.
Según referencias de su padre, Jaime Barre, el día del accidente de su hijo, él no se encontraba en el sector y lo que supo es que su niño cayó de sus pies cuando transportaba una poma de agua y se golpeó fuertemente una de sus rodillas.
Agrega que el viernes en la tarde, cuando llegó a la casa donde residían, encontró a su niño en mal estado con mucho dolor en la parte golpeada. Casi en la noche llegó a una casa de salud de Pedernales y allí le indicaron que debía ser transferido al hospital de Bahía, pero por ser de noche no lo hizo.
Refiere que el sábado tomó a su niño y lo trasladó hasta el hospital del cantón Muisne. Allí le dijeron que el estado de salud de su hijo era bien delicado, pero en todo caso le asistieron y luego le dieron la transferencia hacia la ciudad de Esmeraldas, siendo asilado, como a las 18:00 del sábado, en uno de los hospitales móviles de la ciudad de Esmeraldas.
El atribulado padre de familia reconoce que, en esa casa asistencial, los galenos hicieron lo posible por salvarle la vida a su niño, no obstante, como a las 04:00 del domingo, su pequeño retoño expiró. “Ñaña, toma porque ya me voy”, fueron las últimas palabras del pequeño sacándose un anillo de uno de sus dedos y entregándoselo a su madre a quien se había acostumbrado a decirle ñaña.
Indica que, luego del desenlace fatal y de una posterior discusión con dos uniformados que no le dejaban sacar a su niño del hospital móvil, tomó el cadáver del pequeño y lo trasladó hasta la parroquia Tonchigüe, en el cantón Atacames, donde lo veló en casa de familiares y le dio cristiana sepultura ayer en la mañana en esa misma localidad.
Sobre las causas que provocaron la muerte de su niño, el padre de familia refiere que, de acuerdo a lo que le indicaron los médicos, como producto de la caída, se le rompieron unas arterias y tuvo una rotura interna, herida que, por no haber sido atendida oportunamente, se habría gangrenado infectando la totalidad de la sangre, reconociendo que los médicos hicieron todo lo posible por salvar a su hijo pero, lamentablemente, todo esfuerzo fue en vano.
El padre de familia indicó finalmente que, buscando mejores días, hace un año aproximadamente, junto a su esposa y sus 7 niños, se trasladó, desde Tonchigüe donde residían, a vivir a Pedernales, en casa de un familiar. “No voy a volver para allá. No puedo volver a esa casa donde se guardan tantos recuerdos con mi niño. Mandaré a ver mis pertenencias y volveré a vivir en Tonchigüe”, dijo finalmente el acongojado padre, luego de la pérdida del cuarto de sus 7 hijos.
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