jueves, 24 de marzo de 2011

Tío y sobrino carbonizados

DIARIO EXTRA

Llevaban 6 días desaparecidos. Desde aquel 16 de marzo en que salieron tío y sobrino para asistir a la recordación del fallecimiento de un familiar en el recinto San Pedro, del cantón Quinindé, no volvieron a saber de ellos. El martes 22, varios agricultores los encontraron en unas plantaciones de palma africana, amarrados de manos, con trapos en sus bocas y totalmente carbonizados.


Nadie da razón de lo que pasó, lo que sí se puede deducir es que ambos: Pablo Roque González Navarro y su tío Fernando Stalin Quiñónez Caicedo, tenían con alguien una cuenta guardada que fue saldada con mucha saña y alevosía.

Islandia Coritza Navarro Preciado, madre de Pablo González, lloraba y al mismo tiempo con gritos censuraba a los vengadores. “Si los mataron, ¿por qué los quemaron?”.

En medio de su dolor la mujer explicó a los agentes que su hijo de 31 años y el tío de 41 salieron a las 11 de la noche rumbo a San Pedro para recordar el primer año de la muerte de un familiar.
Testigos aseguran que ambos llegaron a su destino, pasaron toda la noche y al día siguiente se regresaron caminando. Hasta allí informaron sobre sus paraderos.

Al ver que no aparecían, familiares y amigos iniciaron la búsqueda por algunos sitios.

Incluso la madre al leer una noticia en este diario, sobre el hallazgo de un cadáver en estado de putrefacción, en la parroquia La Unión, se dirigió al lugar para verificar si se trataba de su hijo.

Tras comprobar que no era, se regresó a su hogar pensando en lo que pudo haberles pasado.

A las 18:00, Navarro se enteró que a la morgue del cementerio municipal llegaron dos cadáveres que no estaban identificados. Inmediatamente acudió al sitio y pudo constatar que efectivamente se trataba de su hijo y el tío desaparecido.

Los cuerpos, completamente quemados, fueron descubiertos por trabajadores de unos predios cultivados con palma africana, situados en el recinto La Sexta, vía a Guayllabamba.
Detenidos por robo de frutas

Islandia Coritza Navarro informó a la Policía que sus familiares fueron detenidos, en varias ocasiones, por robar frutas de palma africana.

Luego de realizar los trámites legales, los fallecidos fueron trasladados al barrio Calle 8, donde los velaron.

Los agentes investigan si estas muertes estarían relacionadas con los robos que reveló Navarro.

N. del Editor

Creemos que llegó el momento de decir basta. Creemos que las autoridades tienen el deber de suspender la diaria matanza disfrazada de justicia. Publicamos estas fotos y estos hechos como un llamado a la sociedad ecuatoriana para que despierte de su letargo y deje de considerar como “normales” estos crímenes horrendos.

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