Unos 1.400 ciudadanos colombianos consiguieron inscribirse para el Registro Ampliado que se realizará hasta el próximo 4 de junio en el coliseo Nuvia Villacís de la ciudad de Esmeraldas, con miras a obtener el estatus de refugiados.
Los colombianos empezaron a llegar el pasado jueves a las afueras del coliseo y trataron de albergarse dentro de este escenario deportivo, pero les fue prohibido por las autoridades ya que en ese lugar se instalaron los equipos para realizar en registro.
Cientos de ciudadanos colombianos, especialmente mujeres y niños, llegaron procedente de varias provincias del Ecuador, y se estima que el lunes pasado estuvieron en las afueras del coliseo no menos de 2000 lo que obligó a la intervención inmediata de las autoridades.
David Granados, delegado de la Secretaría de Gestión de Riesgo, dijo que con la ayuda del Cuerpo de Bomberos se instalaron letrinas para el aseo de los colombianos y que además se les brindó otro tipo de ayuda.
No todos los colombianos alcanzaron a obtener un turno. Cientos no lo consiguieron y se mostraron contrariados ya que el lunes pasado fue el único día donde se entregaron dichos turnos.
Entre los que alcanzaron a inscribirse, también hubo confusión. A los inscritos se les colocó un brazalete en la muñeca con un número y el logotipo de la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados y se les dio instrucciones de que no se los pueden sacar hasta que les toque presentarse para el registro.
El lunes en la noche, varios de los colombianos se quejaron por el brazalete. “No me parece correcto que nos pongan un brazalete en la mano y que tengamos que cargarlo en todo momento, es como un sello que dice tu eres colombiano”, dijo.
En las afueras del coliseo, ayer, los colombianos lucían sus brazaletes y dijeron que se les había advertido que el brazalete tiene un sello de seguridad que se rompe si lo intentan retirar del brazo.
“Cuando nos subimos a un bus todos nos quedan mirando, saben que somos colombianos por el brazalete”, dijo uno de los inscritos que pidió reservas en sus nombres. Un delegado de la ACNUR, así como del servicio Jesuíta, explicaron que el brasalete fue una medida necesaria para prevenir actos de corrupción.
“Cuando hicimos el registro en Quinindé descubrimos que algunas personas habían vendido el turno, otros lo habían falsificado, por eso adoptamos por usar el brazalete”, explicó uno de los funcionarios.
“La cantidad de colombianos que han llegado para el registro es impresionante, hemos contabilizado más de 2000 el pasado lunes, en las afueras del coliseo”, dijo David Granados.
Lleno de esperanzas, cada uno de los presenten fueron contando sus historias, todas similares. Hubo habitantes de Bogotá, El Valle del Cauca, Tumaco, Medellín, Pereira y muchos otros lugares que actualmente viven en Quito, Guayaquil, Cuenca, Quevedo, Milagro, entre otros, que ayer acudieron al coliseo.
Representantes de ACNUR, dijeron que entregaron los turnos, con la fecha y hora en que los colombianos tienen que presentarse para cumplir con el Registro. Se espera que la brigada de Esmeraldas dure cómo mínimo 6 semanas y los delegados de ACNUR estiman que unos 6000 colombianos se van a inscribir en esta etapa.
Según los datos de AC NUR hasta el momento se contabilizan más de 6000 colombianos que se registraron con las brigadas que se realizaron con anterioridad en San Lorenzo, Quinindé y Muisne.
Según Homero Calvachi, cónsul de Colombia en Esmeraldas, unos 20.000 colombianos están radicados en esta provincia, pero, el registro de las autoridades locales, especialmente los militares, calculan que hay no menos de 35.000.
El cónsul explicó, que en la zona de frontera, existen familias enteras que tienen parientes al otro lado de la frontera. “En la frontera se realiza comercio informal, esto es usual entre colombianos y ecuatorianos, se lo ve mucho en Tumaco, (Colombia)”, dijo el cónsul.
No todos los colombianos que cruzan la frontera tienen un grado de educación que les permita conseguir trabajo en nuestro país. Ataulfo Pereda llegó procedente del Valle de Cauca y dice que se dedicaba a la agricultura, mientras que Sandra Restrepo, consiguió trabajo como mesera en un restaurante en Quito, donde gana 150 dólares al mes.
El cónsul aclaró que el movimiento migratorio de los colombianos ha disminuido porque las condiciones en ese país han mejorado.
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